La autopsia

Dara Scully - La Autopsia

 

 

Dara Scully - La Autopsia

Dara Scully – La Autopsia

 

 

La autopsia es una obra de teatro que La tribu de Frida y yo ponemos a vuestra disposición. ¡Nos encantaría asistir a su representación! La acción transcurre en una sala de autopsia. En ella, tres personajes femeninos; una médico forense experta, una estudiante y el espectro de una mujer asesinada. En ella, las dos forenses no solo diseccionan  un cadáver sino que realizan un examen sobre sus propias creencias y actitudes ante los feminicidios como un reflejo de la sociedad en la que vivimos.

 

Acabamos el año 2015 con la terrible cifra de 53 feminicidios. Un asesinato por semana. Es doloroso. Y desde La tribu de Frida queremos comenzar el año recordándolo. “Lo que importa soy yo” grita el espectro de la mujer asesinada y así lo creemos desde La tribu. Lo que importan son las 53 víctimas y el miedo en el que vivieron, el miedo y el silencio. Nosotras, con esta humilde aportación, queremos gritar con ellas.

 

Esperamos que os guste. Que os remueva. Que os duela. Que os haga herida. Esperamos que os enamore y os animéis a representarla. Este es nuestro pequeño regalo para este año que comienza.

 

Gracias.

Puedes leerla en La tribu de Frida o descargártela en PDF pinchando aquí.


La autopsia

Belén García Abia

 

 

 

—¡[…]por consiguiente, quieres deshacerte de tu cola de pez! Y supongo que querrás dos piernas.
¡De acuerdo! Pero deberás sufrir atrozmente y, cada vez que pongas los pies en el suelo sentirás un
terrible dolor.
—¡No me importa —respondió la Sirenita con lágrimas en los ojos— a condición de que pueda
volver con él!
¡No he terminado todavía! —dijo la vieja—. ¡Deberás darme tu hermosa voz y te quedarás muda
para siempre!
La sirenita de Hans C. Andersen

PERSONAJES

La mujer forense
La estudiante
La espectro

Depósito de cadáveres. Hay un cadáver tapado encima de una de las camillas. Una luz lo ilumina
tenuemente. En una esquina del escenario hay una mujer joven sentada en una silla y solo la ve el
público, es la espectro. Lleva una túnica blanca y el pelo suelto. No se le puede ver la cara. Los
otros dos personajes no se ven. En un momento de la representación habrá una luz tenue que la
alumbrará.

La sala está oscura excepto por una luz que alumbra la mesa con el cadáver. Entra una mujer
hablando por teléfono. Lleva puesta una bata y una carpeta con papeles en el brazo. Enciende las
luces y se ve el cadáver en el centro de la sala. En un lado de la sala hay un perchero con una bata
blanca. Hay un aparato de música.

FORENSE

Pues no sé si me va a dar tiempo, la verdad. En todo caso, Juan, tú pasas por allí cerca y es más fácil
que tú la compres.

(Silencio. Se escucha que hay una persona que habla al otro lado del teléfono.)

Hay una de tres chocolates que le encanta, compra esa y que escriban su nombre.

(Mientras habla ella da vueltas alrededor del cadáver y está colocando los instrumentos.)

No, a mí no me da tiempo, ya te lo he dicho. Tengo un trabajo de última hora y además me toca una
estudiante de criminalista así que me temo que esto va para largo. A ver, Juan, no es tan difícil.

(Entra una mujer joven sin bata. Se miran. La chica joven se para y espera a que la forense termine
de hablar. Se queda en la entrada de la puerta.)

Mira, la encargada me conoce, tú dile quién eres y ella te la preparará estupendamente.

(A continuación habla más bajo para que no la oiga la chica joven que acaba de entrar.)

No olvides las velas. Sí, sí, ya, de número mejor, hay unas de patitos que son muy graciosas, bueno
debo dejarte. Sí, cuando acabe te llamo.

(Apaga el móvil y lo mete en la bata.)

Pasa, pasa.

(La joven se acerca y le da la mano. Se saludan por encima del cadáver. Cada una está a un lado
de la mesa.)

Tienes ahí la bata, debes ponértela aunque tú no tocarás el cadáver. Te explico un poco como va
esto, ¿vale? En un principio dejo cubierta la cara y el sexo del cadáver hasta que tengamos que
analizarlos. Lo primero que hago es identificarlo; quién es y de dónde procede.

ESPECTRO

(El Espectro se muestra en escena, un punto de luz delimita su zona, por el lado contrario en donde
se encuentran las protagonistas, que continúan con su ritual suavemente.)

No tengo un único nombre. Tengo varios; el tuyo, el suyo, el de ella, el vuestro. Tengo todos los
nombres que existen.

(Está sentada en una silla y habla desde allí. El resto de los personajes no la oyen. No hace
aspavientos. Solo habla.)

FORENSE

Después procuro hacer una historia clínica y a continuación, anotaciones sobre la posible causa de
la muerte. Para tu investigación, te comentaré directamente los resultados. ¿De acuerdo?

Si en algún momento te mareas o te sientes indispuesta esa puerta es un aseo. El último alumno que
tuve aquí, casi no llega y vomita en el pasillo.

ALUMNA

(Esbozando una pequeña sonrisa.)

Sí, lo conozco. Es Alfonso. No tiene madera de criminalista.

FORENSE

(Se sonríe.)

¿Y quién la tiene para ver ciertos cadáveres? La verdad es que hasta que no se ha trabajado con la
muerte el tiempo suficiente, no se sabe si se tiene madera o no. Y tú, ¿has hecho los deberes?

ALUMNA

(Asiente.)

FORENSE

Cuéntame.

ALUMNA

Es una mujer. La han encontrado semidesnuda en la orilla del río, cerca de la explanada de la feria.
Se baraja la posibilidad de que haya podido ser violada.

ESPECTRO

(Mirando al público.)

Amenazadas, agredidas, golpeadas, insultadas, atemorizadas, violentadas, maltratadas, dañadas,
quemadas, asesinadas, atormentadas, lastimadas. Heridas.

FORENSE

(Mirando a la alumna.)

Agredida sexualmente.

ESPECTRO

La violencia sexual es todo acto sexual o la tentativa de consumarlo sin consentimiento. La
violencia sexual no es solo la penetración no consentida. También lo son los comentarios o
insinuaciones sexuales no deseados. Dentro de la violencia sexual se incluyen los delitos de
agresión sexual, violación, abuso sexual y acoso, así como los intentos de cometerlos aunque no
hayan sido consumados.

ALUMNA

(Algo cohibida.)

Agredida sexualmente, claro. Pero se desconoce el número de agresores.

ESPECTRO

También soy Ana.

(Hace una pausa.)

Me llamo Ana. Tenía quince años. Era un día de primavera de esos raros en los que amanece
lloviendo y horas después hace muchísimo calor. Yo llevaba los libros, la cazadora y el paraguas
entre los brazos. Volvía a casa del Instituto. Subía las escaleras del metro, casi ya llegando a la calle
cuando un hombre se acercó a mí rápidamente, me metió la mano bajo la falda, apartó las medias y
me quiso meter el dedo dentro. Yo le rechacé con fuerza. Se me cayeron los libros y el abrigo y el
paraguas. El hombre se olió el dedo mientras me miraba y reía. Al llegar a casa, me duché. Froté la
esponja entre las piernas para lavarme la impotencia que se había metido dentro de mí.

FORENSE

En el caso de que hubiera sido forzada. No adelantes. En este trabajo lo más importante es la
exactitud y no dejarse llevar por las emociones.

ALUMNA

Sí, por supuesto.

(Asiente.)

FORENSE

Comencemos entonces a trabajar. Yo suelo poner música de fondo, me relaja y me concentra.
(Enciende un aparato de música. Es música clásica.)

ALUMNA

(Algo dubitativa.)

¿Le importa si le pregunto?

FORENSE

(Mirando a la alumna)

Claro que no, y llámame de tú, pero cuando yo ya te haya comentado antes mis impresiones.
Prefiero que me des conversación. Cuéntame, ¿qué tal llevas los estudios?

(La forense comienza a palpar el cadáver.)

ALUMNA

Bien, me gusta muchísimo. Además creo que se me da bien, la verdad.

FORENSE

(Mirando fijamente a su alumna escrutando su rostro y dejando el trabajo por un instante.)
Ahora que te miro, ¿tú no eres de los Sánchez?, ¿los que viven en la casona del paseo?

ALUMNA

Sí, soy de las nietas pequeñas de don Francisco.

FORENSE

Ya decía yo. Tienes el mismo gesto. ¿Quién es tu madre? ¿Encarna?

(La forense vuelve a centrar su atención en el cadáver mientras continúa la charla.)

ALUMNA

No, soy de Isabel. Encarna no tiene hijos.

FORENSE

Es verdad. Encarna es la que iba conmigo a clase. Al final dejó los estudios, ¿verdad? No sé de qué
trabajaba.

(Se para un momento con los instrumentos en las manos hablando con la alumna.)

ALUMNA

Trabajaba en la fábrica, ayudando a mi abuelo. Llegó un empresario con el que mi abuelo tenía
negocios y se casó con él. Fue instantáneo. Él era multimillonario y ella no volvió a trabajar.

FORENSE

Parece un cuento de hadas. Yo no le conozco.

ALUMNA

Yo le he visto un par de veces. Es un tipo un poco raro, la verdad. Un poco insoportable, muy
maniático. Creo que mi tía le aguanta porque se ha acostumbrado a la buena vida.

ESPECTRO

“En la mujer rico tesoro es la belleza, el placer de admirarla no se acaba jamás; pero la bondad, la gentileza la superan y valen mucho más.”i

FORENSE

(Mira la muñeca del cadáver.)

Se desconoce la identidad del cadáver. Mujer de raza blanca, de unos 30 años con claras marcas de
violencia en el vientre y en la espalda.

(Suena el teléfono de la forense. Se sobresalta. Ella lo coge. Habla en susurros. La alumna la
mira.)

FORENSE

(Mirando a la alumna.)

Disculpa.

(Se aparta ligeramente de la mesa de autopsias.)

Hola, Diego, ahora mismo no puedo hablar. Ya, sí, estoy trabajando. A ver, relájate. Mira, luego te
llamo, no entiendo lo que dices, ¿que te ha dejado?, ¿cómo que te ha dejado?, ¿y no sabes por qué?
Bueno, no te preocupes. Luego la llamo. Que sí, que me lo cogerá, no te preocupes y si no llamo a
su madre, sí, sí, lo prometo, luego hablamos.

Diego recuerda que hoy es el cumpleaños de Ángela, tienes que ir, eres su tío favorito, no puedes
faltar. Sí, lo prometo, luego hablamos.

(Dirigiéndose a la alumna.)

Discúlpame, un problema familiar.

(La forense sigue analizando el cuerpo.)

ALUMNA

(Lo dice sorprendida.)

Claro, ahora caigo por el apellido. Tu hermano es Diego Vázquez.

FORENSE

¿Lo conoces?

ALUMNA

Sí, fue profesor mío en el instituto. La verdad, y no es porque sea tu hermano, pero es el mejor
profesor que he tenido nunca. Además, muy cercano e interesado en nosotros. ¿Qué tal está?

(Silencio. Como si a la forense le costase comenzar a hablar.)

FORENSE

Bueno, bien, está bien.

ALUMNA

Pero creo que lleva un tiempo de baja, ¿no? Porque me lo encontré un día y me lo comentó.

FORENSE

Sí, bueno, está pasando una mala racha, supongo que la docencia es difícil y ha estado deprimido.
Por eso la baja.

ALUMNA

Está casado, ¿no?

FORENSE

Sí, sí lo está. Es una chica muy maja mi cuñada. Al principio no parecía que pegaran mucho, la
verdad. Él es muy hogareño y ella no tanto. De novios no parecía que fueran a durar mucho pero
hija, el amor es así de impredecible.

ALUMNA

Todas sí que estábamos enamoradas de él. Como tontas. No te imaginas. Creo que más de una
suspendía a propósito para asistir a sus clases de recuperación. Cosas de niñas.

ESPECTRO
Y quiero gritar, pero me arrancó la garganta. Y quiero correr, pero me cercenó los pies. Y quiero ver,
pero me dejó solo las cuencas.

FORENSE

No parece…
(Está analizando la zona vaginal de la víctima.)

ALUMNA

¿No hay violación?

FORENSE

Parece que hubo coito. No tiene heridas en la zona vaginal. Parece ser que no fue forzada
sexualmente aunque sí tuvo relaciones sexuales. Recojo una muestra de semen y lo enviaremos más
tarde al laboratorio.

ESPECTRO

Un violar es un lugar plantado de violetas.

ALUMNA

Es decir, que hay muestras de semen.

FORENSE

Sí, las debo enviar al laboratorio, ese es el procedimiento. Y a pesar de los golpes la causa de la
muerte se debe a la asfixia. ¿Ves las marcas de sus manos aquí?

(La alumna se acerca al cuello del cadáver y asiente.)

La ahogó.

(Le muestra el cuello y la forense coloca las manos como si estuviera ahogando el cadáver. )

ESPECTRO

(Tose. Se coloca las manos en la garganta y respira como si la estuvieran ahogando.)

ALUMNA

(Lo pregunta amedrentada.)

¿Quiere eso decir que conocía a su agresor?

FORENSE

(En tono explicativo y repasando las heridas del cuerpo del cadáver.)

La víctima tiene los golpes en el vientre, en la espalda y, si te fijas, también en los brazos. Es decir,
se protegió. Se acurrucó. (Hace el gesto de acurrucarse.) Él le dio patadas en el vientre y cuando
ella se movió, él la golpeó en la espalda y también en los brazos.

ALUMNA

Debería entonces tener marcas en la cara.

FORENSE

(Despacio y con mucho tacto.)

Querida… no tiene cara.

(Le quita el plástico del cadáver y la alumna grita.)

ESPECTRO

Me acurruqué, como había hecho otras veces. Le decía que no, que quería que parara, quería que
dejara de pegarme. Así me quedé, acurrucada hasta que se tiró sobre mí y me penetró.

FORENSE

(Preocupada y poniéndole una mano en la espalda a su alumna.)
¿Te encuentras bien? ¿Quieres que paremos un momento?

ALUMNA

(Se la puede ver conmocionada y algo exaltada. Se siente incluso un poco avergonzada por su
reacción.)

Estoy bien, estoy bien.

(Se recompone. Carraspea antes de hablar.)

No tiene rostro. Le ha borrado la cara. ¿Cómo alguien es capaz de hacer algo así?

FORENSE

La golpeó con algo contundente repetidas veces. Con muchísima fuerza. Eso es lo que hizo. Habría
que encontrar con qué la golpeó.

ESPECTRO

(Imitándole la voz y con sorna. Se ilumina la escena en dos puntos, el espectro y las otras
protagonistas.)

¿Cómo alguien puede hacer algo así?

Lo hizo con sus manos, con un palo, con un bate de béisbol, con una piedra, con fuerza, con
insistencia, con unas botas.

(Hace una pausa.)

Ya no importa.

ALUMNA

¿Ha escuchado esa voz?
(Mira hacia los lados algo nerviosa.)

FORENSE
Toma, siéntate y bebe un poco de agua.
(Le acerca un vaso.)

Todos los años, en la feria, hay algún problema. No sé por qué no ponen más policías. Al fin y al
cabo, a pesar de que esta es una ciudad grande.  Estas cosas pasan más de lo que creemos.

ESPECTRO

Pobre Caperucita que está dentro de “Estas cosas”. Las cosas de Caperucita. Caperucita y sus cosas;
el vecino que la vigila, el hombre que la insulta, el joven que la toca. Esas son sus “estas cosas”.
¿Cuántas caperucitas somos?

FORENSE

Estas cosas siguen pasando y mucho más de lo que creemos y es que hay que andar con cuidado.
No sé qué pasó y no quiero con esto parecer insensible, pero, a quién se le ocurre, en la noche de
feria, ir sola por la zona del río.

(El espectro se levanta y dice su frase moviéndose por el escenario. La dice en susurros, se la dice
al público, se la dice también a las dos mujeres.)

ESPECTRO

¡Guarda la rajita, Caperucita! (susurrando in crescendo)

ALUMNA

Andar sola por el bosque…

ESPECTRO

¡Guarda la rajita, Caperucita! (susurrando in crescendo)

FORENSE

Cruzar un descampado…

ESPECTRO

¡Guarda la rajita, Caperucita! (susurrando )

ALUMNA

Ir sola a la feria…

ESPECTRO

¡Guarda la rajita, Caperucita!

FORENSE

Dejarse invitar por un desconocido…

ESPECTRO

¡Guarda la rajita, Caperucita! (lo dice más alto)

ALUMNA

Tener novio…

ESPECTRO

¡Guarda la rajita, Caperucita! (lo dice más alto)

FORENSE

No tenerlo…

ESPECTRO

¡Guarda la rajita, Caperucita! (lo dice más alto)

ALUMNA

Mirar a un hombre…

ESPECTRO

¡Guarda la rajita, Caperucita! (lo dice más alto)

FORENSE

Bailar en la plaza…

ESPECTRO

¡Guarda la rajita, Caperucita! (lo dice más alto)

ALUMNA

Subirse a un coche…

ESPECTRO

¡Guarda la rajita, Caperucita! (lo dice más alto)

FORENSE

Beber una cerveza…

ESPECTRO

¡Guarda la rajita, Caperucita! (lo dice más alto)

ALUMNA

Entrar sola a un portal…

ESPECTRO

¡Guarda la rajita, Caperucita! (lo dice más alto)

FORENSE

Separarte de los amigos…

ESPECTRO

¡Guarda la rajita, Caperucita! (lo dice más alto)

ALUMNA

Mirar a un hombre…

ESPECTRO

¡Guarda la rajita, Caperucita! (lo dice más alto)

FORENSE

Llevar ropa provocativa…

ESPECTRO

¡Guarda la rajita, Caperucita! (lo dice más alto)

ALUMNA

Coquetear…

ESPECTRO

¡Guarda la rajita, Caperucita! (lo dice más alto)

TODAS

(Gritan.)

ESPECTRO

También soy Elena.

(Hace una pausa.)

Me llamo Elena. Tenía 18 años. Era domingo. La calle estaba vacía. Eran las dos de la tarde y
volvía a comer a casa después de haber estado dando una vuelta con una amiga. Se paró un coche
cerca de mí y el hombre me llamó. ¡Perdona! ¿Puedes ayudarme? Me acerqué. El tenía un mapa
encima del volante. Le estuve indicando cómo podía acceder a la calle que buscaba. Era una calle
difícil en coche. Había muchas calles en prohibido que lo separaban de su destino. Había elegido
una calle difícil. Yo movía el dedo por el mapa, marcando las calles que debía atravesar. Él sonreía.
Yo no entendía por qué él sonreía. Hasta que miré hacia abajo y vi su verga encima del volante y
encima del mapa. Estaba dura y excitada. Salí corriendo y le oí reírse.
(El espectro se aparta. Vemos a la forense y a su alumna en la misma postura en la que estaban
anteriormente. Con el vaso de agua en la mano.)

FORENSE

¿Te encuentras mejor?
(La alumna asiente.)

ALUMNA

Justamente hace unos días vino una experta sobre violencia sexual a darnos una charla a clase. Nos
contó que una de cada tres mujeres ha sufrido en su vida algún tipo de violencia sexual. Y  que, la
violencia más habitual es la de pareja. Tal vez a esta chica la mató su pareja.
(Lo dice mirando fijamente al cadáver de la mujer.)

ESPECTRO

(Avanzando hacia el frente. Habla no sin cierta ironía)

Si te atacan no grites “socorro”, tampoco “ayúdenme”. Grita ¡Fuego! Está comprobado que la gente
se moviliza más rápido. Pero yo grité, grité “ayuda”, grité “no”, grité “socorro”, grité “por favor”,
grité “déjame”, grité “ayúdenme”, grité “¡Mamá!” Eso fue lo que más grité. “¡Mamá!” Como
cuando era pequeña y tenía una pesadilla. ¡Mamá! ¡Ayúdame! ¡Mamá! ¡Ayúdame! Nunca, en todo
ese momento pensé que sería mucho más efectivo gritar ¡Fuego! No creía que estuviera tan sola.

ALUMNA

No creí que estuviéramos tan solas.

FORENSE

(Extrañada.)

¿Por qué dices que eso? No estamos solas.

ALUMNA

(Intentando contener las lágrimas.)

Le ha reventado la cara.

(Carraspea.)

Una de cada tres mujeres, pero yo diría que son más. Todas, alguna vez, nos hemos sentido
agredidas. Y desgraciadamente, muchas otras han sufrido una violación y malos tratos.

FORENSE

No estás siendo objetiva. Te estás dejando llevar por la angustia. A mí nunca me han agredido.

ALUMNA
(En tono de enfado.)
¿Nunca te han tocado por la calle? ¿Nunca te han mostrado una verga? ¿Nunca has intuido que un
hombre podría hacerte daño?

FORENSE

(Calmada e incluso fría.)
Nunca.

ALUMNA

Pues todas las mujeres que conozco, en algún momento de su vida, han tenido que enfrentarse a una
situación de ese tipo. Todas nosotras evitamos los lugares oscuros, desconfiamos de un hombre o
varios dentro de un coche, de voces de amigos de borrachera, de miradas insistentes y lascivas, de
calles vacías.

ESPECTRO

También soy Rosa.

(Hace una pausa.)

Me llamo Rosa. Serían las doce y media de la noche. Bajaba a pie la calle hacia mi casa. Me fije
que hacía rato que un coche me seguía. Cuando llegué a la esquina que estaba al lado de mi casa el
coche se paró y salió un chico joven. Era alto y fuerte. Más joven que yo. Se acercó a mí
diciéndome que no tuviera miedo, que solo quería hablar conmigo. Pensé que si corría hacia el
portal de mi casa, tal vez no me diera tiempo a abrir la puerta. Pensé que si corría hacia otro lugar
también podría cogerme. Pensé rápido. Saqué el móvil y llamé a una amiga. Apunta esta matrícula,
grabé en su contestador. Él se dio la vuelta y se marchó.

ALUMNA

(Algo alterada.)
¿En qué momento se despierta ese sentido oculto? Los hombres no lo tienen. Un hombre no teme
pasear de noche cerca de un parque, no se separa en el autobús de alguien que se le junta
sospechosamente demasiado. Es algo que está ahí, latente. Que existe. Tal vez nacemos con ello. Lo
hemos heredado de nuestras muertas.

FORENSE

(Empieza a estar molesta.)

Estás conmocionada. No podemos seguir con esto.
(Hay un silencio. La alumna mira hacia otro lado, donde no esté el cadáver. Se la nota nerviosa.)

ALUMNA

Ahora vivo con mi hermana Marisa en casa. Tiene miedo. No quiere dormir sola. Todas las noches
deja la luz del salón encendida. Yo le digo que ahora está a salvo, pero aún sabe que no es así. Aún
mira de repente detrás de ella cuando vamos de compras o acelera con el coche si hay un hombre
solo en la acera al que no se le ve bien la cara.

FORENSE

(Sorprendida y con cierta preocupación.)
¿La agredieron?

ALUMNA

Su marido la encerraba en su habitación. No la dejaba salir, ni vernos a nosotras. La quería solo para
él. Ella había dejado su trabajo por uno que podía hacer desde casa. Al principio querían pasar el
mayor tiempo juntos. Si los hubieras visto. ¡Eran la pareja más feliz que había visto nunca! La
trataba como a una reina. Al verles juntos, creías en el amor, en que el amor existía. Para ella no
existía nada más que él. Era el cuñado perfecto. El yerno perfecto.

ESPECTRO
“—Yo no me llamo Monseñor —respondió el monstruo—sino la Bestia. No me gustan los halagos,
y sí que los hombres digan lo que sienten; no esperes conmoverme con tus lisonjas. Mas tú me has
dicho que tienes hijas; estoy dispuesto a perdonarte con la condición de que una de ellas venga a
morir en lugar tuyo.”

ALUMNA

Mi hermana dejó de tener fuerza. Creo que quería dejarse morir. No sabía decirle que no a nada.
Ella pensaba que era una mala época, que pasaría, pero no pasaba, nunca pasaba.

FORENSE

¿Y dónde está él ahora?

ALUMNA

Pidió un traslado en el trabajo. En realidad se vio forzado. Alejamiento. Aunque a veces le he visto
merodeando por la casa. Nunca se lo he dicho a ella. Hace unos días le vi en la feria.

FORENSE

Ella sí que pudo reaccionar.

ALUMNA

Es duro ver a tu hermana así. Saber que nunca nada volverá a ser igual que antes. A veces parece
que viviera a medias, como si en parte ya se hubiera muerto. Ella es la razón de haber querido
estudiar esto.

(Comienza a buscar entre las cosas de la víctima. Está todo en bolsitas de plástico.)

Debemos saber quién era. Que deje de ser un número.

(Comienza a mirar en su pelo, en su cuerpo como buscando algo, una señal que la identifique.)

Los pendientes, la blusa, una marca en la mano, el bolso. Tal vez la conocemos. Tal vez sabemos
quién era. Será una madre, una hermana, una prima, una amiga, seremos nosotras, serás tú o seré
yo. Fíjate en esta pulsera. Parece de esas que se llevan en el pie.

ESPECTRO

(Susurrando. Repite una y otra vez los mismos nombres. En cada intervención los debe repetir cada
vez más deprisa y cada vez más rápido. Lo dice al público.)
Elena, Ana, Isabel, Claudia, Florentina, Laura, Marta, Teresa, María, Lourdes, Pilar, Irene, Sara,
Lola, Ana, Aurora, Marta, Virginia, Rosa, Mariana, Carmen, Juana, Eva, Manuela.
(La forense mira la pulsera atentamente. La deja en la mesa y la vuelve a mirar. Cada vez se pone
más nerviosa.)

ESPECTRO
(Susurrando. Repite un

a y otra vez los mismos nombres. En cada intervención los debe repetir cada
vez más deprisa y cada vez más rápido. Lo dice al público.)
Elena, Ana, Isabel, Claudia, Florentina, Laura, Marta, Teresa, María, Lourdes, Pilar, Irene, Sara,
Lola, Ana, Aurora, Marta, Virginia, Rosa, Mariana, Carmen, Juana, Eva, Manuela.

ALUMNA
¿La conoces? La conoces. Sabes quién es.

ESPECTRO
(Susurrando. Repite una y otra vez los mismos nombres. En cada intervención los debe repetir cada
vez más deprisa y cada vez más rápido. Lo dice al público.)
Elena, Ana, Isabel, Claudia, Florentina, Laura, Marta, Teresa, María, Lourdes, Pilar, Irene, Sara,
Lola, Ana, Aurora, Marta, Virginia, Rosa, Mariana, Carmen, Juana, Eva, Manuela.

FORENSE

(Algo consternada.)
No, no la conozco. No tengo ni idea de quién es.

ESPECTRO

(Susurrando. Repite una y otra vez los mismos nombres. En cada intervención los debe repetir cada
vez más deprisa y cada vez más rápido. Lo dice al público.)
Elena, Ana, Isabel, Claudia, Florentina, Laura, Marta, Teresa, María, Lourdes, Pilar, Irene, Sara,
Lola, Ana, Aurora, Marta, Virginia, Rosa, Mariana, Carmen, Juana, Eva, Manuela.

ALUMNA

¿Y por qué te has quedado mirando la pulsera?

FORENSE

Me ha parecido bonita, simplemente. Será una mujer de fuera, a la que no hemos visto nunca. La
mujer de algún feriante, se pelearon, él la llevó al río para hablar un rato y la mató. Podemos no
conocerla. Tal vez sea de las que no conocemos. De las que están allá. De las que son negras o
coreanas o las que viven en una guerra, femicidio y guerra son sinónimos, tal vez viven en zona de
droga, femicidio y droga son sinónimos, tal vez vive en una zona pobre, femicidio y pobreza son
sinónimos, tal vez vive en un país desfavorecido, femicidio y tercer mundo son sinónimos,
femicidio e ignorancia, femicidio y suburbios. Nosotras somos limpias. Nosotras vivimos en un
lugar  limpio, donde los hombres sacan la basura por la noche, donde la basura se limpia todos los
días, donde la basura no está en la calle, donde la basura no se ve, donde la basura se mete en bolsas
de plástico negras, donde las caras de las víctimas se tapan, donde el sexo se tapa, donde los
hombres no violan a sus mujeres, donde los padres no abusan de sus hijas, donde los hermanos no
buscan a sus hermanas, estas cosas no pasan aquí, ese uno de cada tres son las de allá, mujeres sin
consuelo, ni ahora ni mañana, mujeres que han asumido que hay un peligro por ser mujeres.

(Sale corriendo hacia el baño y vomita.)

(Se queda a oscuras la sala. Y solo se ve la luz encima del espectro.)

ESPECTRO

(Declama.)

En los sueños no hay basura, solo en las pesadillas.
No hay perros callejeros.
No hay mujeres asesinadas.
Un paraíso en el que no existe la mierda. Y en las urbanizaciones con adosados no encontrarás a un
loco tirado en la acera, tal vez uno en la ciudad, pero no más de uno, a lo sumo dos.
En algún lugar deben esconder a las mujeres dolientes, como a los perros callejeros, y guardarlas.
Tienen nombres asépticos. Tienen un nombre bonito para un destino alejado.
Que no las veas.
Que no las vean.
En los sueños, no hay perros callejeros, pulgosos, sarnosos, tuertos, cojos; con el pelo cayéndose a
pedazos y la piel en carne viva.
Perros que buscan en la basura. Una oreja abierta por una herida llena de costras. De moscas.
En los sueños no hay mujeres asesinadas, una hermana quemada, una madre violada, una hija
golpeada.
¿Dónde están los perros muertos allí donde vives?
¿Dónde están vuestras muertas?
Tal vez en un estercolero lejos de la ciudad.
Tal vez cerca del centro de acogida de mujeres pero lejos de los campos de flores.
¿Estarán enterrados bajo ellas?
¿Cuántas mujeres vais a enterrar?
Con el dolor recorriendo los tallos y tú has pisado un cristal con los pies descalzos.
Te habían prometido un campo de felicidad.
Te acercas a oler una flor y huele a dolor, a sangre, a muertas.
¿Dónde entierran a las mujeres dolientes?
¿Dónde vais a enterrarme a mí?
Sigues girando. Sigues dando vueltas por el campo de flores que huelen a sangre y a miedo.
Deseas salir del campo de la felicidad.
Felicidad.
Sábanas limpias, dobladas y recién planchas, blancas manchadas de sangre cuando metes los pies
para recostarte.
Una mujer con el cuerpo herido, quemado, golpeado, maltratado, apuñalado, envenenado,
estrangulado, asfixiado, arrojado al agua, arrojado a un basurero, enterrado, degollado, linchado,
apedreado.
Muerto.
Un cuerpo, solo un cuerpo. Una mujer sin rostro.
Enterrada en el campo de la felicidad. Con sus monstruos dentro.
Llena de miedo.

(Suena el teléfono de la alumna. Escucha lo que le están diciendo. La Forense está parada,
mirándola.)

ALUMNA

Es del centro de criminalística. Parece que unas chicas vieron cómo un hombre pegaba un bulto en
el suelo, con un palo. No sabían lo que era. Como lo que estaba en el suelo no hacía ruido creyeron
que era una piedra. Al ver la noticia en la televisión se han acercado a la comisaría. Me ha pedido
mi profesor que vaya al centro con la información que me has proporcionado.
(Se miran unos segundos la una a la otra en silencio.)

FORENSE

Antes lleva a laboratorio las muestras para que las analicen. Esa información será crucial.
(Le entrega algo.)(La alumna sale de la sala con una muestra en la mano.)

ESPECTRO

También soy Virginia.

(Hace una pausa.)

Me llamo Virginia. El marido de mi hermana se sentaba en una esquina de mi cama y me miraba. Se
quedaba allí mirándome. Mientras leía o escuchaba música. Lo hacía cuando ella estaba en la ducha
o cuando hablaba por teléfono o cuando tenía que salir a hacer alguna guardia. Él se quedaba en
casa y se sentaba en la cama a mirarme. Al principio solo me miraba y poco a poco se fue
acercando. Me pedía que retirara un poco la camisa. Quería que le enseñara mis pechos. Eran
pechos vírgenes. Él no me tocaba. Solo quería mirarme. Yo luchaba. Me rebelaba. Mi hermana no
sabía nada. Quise contárselo pero se enfadó conmigo. Dijo que lo hacía a posta para separarles. Eso
lo dijo él. Me fui de casa. Hui.

FORENSE

(Nerviosa. Se mueve de un lado a otro del escenario.)

Y si es ella y si el semen es de él pero no la mató, solo tuvieron sexo y él parece el asesino pero no
lo es, él no sería capaz de algo así, él no debería ser capaz de algo así, es un cuestión de poder y no
de sexo, él no debería poder ensañarse así con nadie y él no tendría la sangre fría de llamarme
tiempo después haciendo como si nada. Es su pulsera pero no es ella, ella no puede ser. Hay
millones de pulseras como esas.

( Llama por teléfono)

Soy yo. No, no consigo hablar con ella. No lo coge. ¿Cuándo la viste por última vez? Y ya está, se
fue (se va alterando cada vez más) ¿a dónde se fue? ¿Cómo que no lo sabes?

(Lo dice llorando. Le cuelga el teléfono.)

¡Diego!, ¡Diego!

ESPECTRO

(Dirigiéndose a la forense. Cerca de ella.)

¿Vas a esconder la pulsera? Tal vez tengas razón y no sea él. Tal vez sea verdad y tu hermano es
inocente y su mujer está en casa de su madre y luego te llamará y la convencerás para que vaya al
cumpleaños, tal vez la que está ahí tumbada es la hermana de tu alumna, tal vez es ella que ha caído
en la tela de araña, la que estaba encerrada en la torre del ogro, tal vez seas tú la que estás ahí
tumbada, tal vez sea tu hija cuando crezca, tal vez sea ella, poco antes de cumplir los quince años se
pinchará el dedo con una rueca y morirá y no habrá hadas que la salven y no habrá nada que nos
salve.

FORENSE

(Apoyada en la mesa y mirando hacia abajo.)

Debo esperar a las muestras. El ADN, saber quién es.

ESPECTRO

Da igual que la escondas o no.

FORENSE
No ha hecho nada. Él es una buena persona. Es una buena persona.

ESPECTRO

(Declama.)

“Y dijo el lobo, pues bajo su envoltura
no todos son de igual calaña:
Los hay con no poca maña,
silenciosos, sin odio ni amargura,
que en secreto, pacientes, con dulzura
van a la siga de las damiselas
hasta las casas y en las callejuelas;
más, bien sabemos que los zalameros.”
entre todos los lobos ¡ay! son los más fieros.

FORENSE

Siempre ha sido muy buen chico. Un buen hermano. Tendría unos siete años y volvía sola de la
escuela. Un hombre me seguía de cerca y me decía continuamente cosas. Hablaba de mis pechos, de
lo que iba a hacerme cuando llegáramos al portal, de mis bragas. Yo iba lo más rápido posible,
mirando siempre hacia abajo. Muchos meses después se lo conté a Diego. Él y un amigo me
esperaron a la salida de la escuela y estuvieron cerca de mí durante todo el camino. Aquel hombre
no volvió a aparecer. En aquella época mi madre hablaba con una vecina de una niña a la que
habían encontrado en el portal de su casa magullada y con las bragas bajadas. Nunca supieron quién
lo hizo.

ESPECTRO
Puede ser otra. Siempre puede ser otra.
(Lo dice con sorna.)

FORENSE
(Habla nerviosa. Se mueve de un lado a otro de la sala intranquila y habla con el espectro.)

Sí, claro que sí. Es otra. No es ella.

Es la hermana de esta chica. Fue a la feria con unas amigas y se encontró con él o tal vez el fue a
pedirle perdón, a pedirle que volviera con él y ella aceptó dar un paseo, tal vez sí, eso es, sí, ella dio
un paseo con él por el río y todo era perfecto, todo era como antes y ella se dejó besar e hicieron el
amor en un lugar apartado y él le regaló la pulsera, eso es, él le compró la pulsera de pie, y se la
regaló y luego se puso nervioso y Gabriela está en casa de su madre, enfadada con Diego porque no
ha lavado los platos o se le olvidó una cita importante y discutieron y ella se fue a casa de su madre
y ahora me llamará Diego y me dirá que ha vuelto a casa y que están bien y que los dos van al
cumpleaños y que Gabriela le ha comprado a Ángel el coche que le pidió la última vez que se
vieron.

(Se abre la puerta. Aparece la alumna. Y se miran. La alumna tiene una profunda cara de
preocupación. Se queda en la puerta mirando. Se oscurece la sala. Se dejan unos momentos de
oscuridad. Una luz ilumina el lugar en el que se encuentra el espectro.)

ESPECTRO
No importa quién me mató. ¿De verdad creéis que importa?

(Dirigiéndose al público.)

¿Importa si me penetró? ¿Importa si consentí y luego no? ¿Importa si era mi marido o un
desconocido o un hermano o un novio?

(Hace una pausa.)

El verdugo. (Lo dice levantando los brazos como si fuera una palabra grande.)
La penetración. (También le da aires de palabra grandilocuente.)
Vaginal, anal, bucal. (Lo dice rápidamente)
(Hace una pausa.)
No importa. ¿Crees realmente que eso importa?

(Hace una pausa.)

Lo que importa soy yo.
(Se acerca al cadáver y comienza a acariciarlo, a tocarlo con delicadeza)
¿Importa que me llevara al río?
¿Importa que me tirara al suelo y me diera patadas una y otra vez?
¿Importa el odio con lo que lo hacía?
¿Importa la indefensión que yo sentía?
¿Importa que ya no sepa defenderme?
¿Importa que me forzara a tener relaciones sexuales con él, magullada y en el suelo, que me usara?
¿Importa que el hecho de que me quedara mirándole con desprecio le provocara más odio?
¿Importa que quisiera ahogarme, que apretara tan fuerte que consiguiera quitarme el aire?

(Hace una pausa.)

Importa que ya me había quitado el aire mucho antes, que cada día me ahogaba y me impedía gritar.
Que me quitaba la voz.

(Se toca la garganta y hace una pausa.)

Importa que me dejara sin rostro, para no ser nadie, para volverme invisible.

(Dirigiéndose al público.)

¿No crees que ya lo soy? ¿No crees que soy invisible? Dime tú si puedes verme.
¿A cuántas de vosotras os han insultado? Mujeres. Oh, mujeres sin rostro. Oh, sirenas sin voz y sin
escamas. ¿A cuántas os han enseñado la verga? ¿Cuántas habéis sentido miedo?
Miedo.
Eso es lo que importa.

(Hace una pausa.)

Lo que importa es que llevamos heredado el miedo.
La herencia que nos dejaron nuestras muertas.

(Se apagan las luces.)

 

 

 

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