Tierra animal de Lila Biscia
Harpo Libros, 2015
Lila Biscia (Buenos Aires, 1976). Estudió Letras y Psicología en la Universidad de Buenos Aires, y trabaja como entrevistadora y productora editorial para la misma universidad. La poesía irrumpió en ella, a pesar de ella, como un trazo. Sus poemas han sido publicados en diversos medios digitales y revistas de Argentina y España. Tierra Animal (Harpo Libros, 2015) es su primer libro publicado.
desperdigados
apenas somos pedacitos
esparcidos sobre el suelo
como plumas
como peces
todo lo inasible bajo el viento.
*
manada
pájaros
sobre una pared al borde del derrumbe.
la sombra de cien pinos junto a un acantilado,
cualquier acantilado.
el amor es un niño sordomudo.
el amor, una manada de elefantes
calcinándose al sol,
y lo que queda.
*
otoño
si me desperezo a un costado del tiempo
intuyo
que mis hombros recuerdan
más
una boca que otra.
sé que el otoño trae juego inocente en sus vértices
y que nosotros delineamos lo perverso con los ojos.
el amor
vuelve únicamente durante el otoño
todo lo demás
es un animalario postrado de rodillas.
*
tierra
decido irme y un pájaro
marca territorio sobre el suelo que nos alberga,
como la frustración
que cultiva cáscaras de pobreza,
y el buda que llevo anudado a mi muñeca
cobra vida para decirnos que
el tiempo
abraza ovejas hasta convertirlas en cabritos,
y somos niños otra vez
y nos proponemos jugar a las escondidas
hasta que uno de nosotros se quede dormido
tras el árbol o
el otro
se baje los pantalones y diga:
esto es tuyo, tomalo.
entonces me quedo,
junto las cáscaras que la pobreza transformó en naranjas.
el frío se estacionó del otro lado de la puerta y
adentro, nos olemos.
*
natural
no paro de toser. no tengo
algo mejor en qué ocuparme.
distribuyo el tiempo entre mi esófago
y los grillos que trago por la noche.
ya no hablo.
cada palabra cuestiona el sentido que la pronuncia,
como suponer que de todas las posibilidades, el amor
es la peor.
*
casa
una vez construí una casa.
las ventanas estaban orientadas al sur.
al sur los patos migran.
la casa
tenía las puertas sostenidas por grullas.
las grullas no migran más que hacia las esquinas
sé sobre esquinas lo mismo
que sobre patos.
sé que las grullas tienen cuerpo de origami
y que los patos
esconden el placer de la pérdida entre las plumas.
la casa la construí
en la certeza de que algún día
quedaría vacía que yo
quedaría vacía.