Los poetas de esta selección son jóvenes, forman un conjunto de diez voces nuevas. Y sin embargo, en los próximos poemas no aparece la juventud, sino las juventudes, no la novedad, sino muchas formas de ser novedosos. Aquí hay textos largos que me han arrastrado del primer al último verso, y los hay más concisos, explosiones de significado, revelaciones. Hay poemas escritos desde Italia, Ecuador, Colombia, España, Chile, Perú. Hay poemas de amor y poemas de miedo y poemas sobre poemas y poemas que no me atrevo a llamar de ninguna forma.
Pero cuando leo
doctor, tengo veinte años y aún no sé dormir sola
o quién me oirá cuando la prolepsis deje de serlo
o quiero tirar mis lágrimas al desierto y hacer un oasis (…) sin niveles peligrosos de estar solo
veo, en todos ellos, la soledad como principio del poema, pero también el poema como acompañamiento, como huida o esperanza. Veo miedo, voces que asfixian, tristeza, nostalgia, pérdida, preguntas sin respuesta. Es entonces cuando, frente a todo lo anterior, la poesía pasa a ser la forma de reescribir el mundo, inventando un dios o construyendo un templo, cantando una canción para no perderlo todo, renombrando el deterioro, creando frente a la destrucción que los rodea. Todos estos poemas presentan una conciencia sobre la herida, una herida que se fragmenta en distintas dimensiones, y la victoria sobre ella ocurre a partir del propio lenguaje, porque nada ha pasado en la palabra: todo está por venir.
La juventud, las juventudes, remiten a veces a la infancia, pero aquí hay mirada, búsqueda. De sí mismos, de ese algo que los causa, de un motivo contra la inercia. Estos poetas existen contemplativos, existen observando al mundo que gira, gravita, sigue sucediendo.
Hacer esta antología ha sido la forma de conocer a otros autores de mi edad, de (re)conocerme a través de ellos. Rascar la superficie de la red y descubrir que debajo hay tantas palabras que mis manos no llegan a alcanzarlas. Esto es sólo una pequeña selección, diez autores con espacios comunes y desviaciones, diez perspectivas de un mismo tiempo. Están también las citas, las referencias a todo lo anterior, junto a la intención de renovar el lenguaje y de renovarse, de leer y de leerse, de contar y de escribir ahora, en este momento, desde todas partes del mundo.
He aquí diez voces que se mezclan y se distancian, que nos gritan desde sus refugios.
Selección y prólogo de Irati Iturritza Errea
Andrea Abreu López nace en Icod de los Vinos (Tenerife) en 1995. Estudia Periodismo en la Universidad de La Laguna, y cultiva la poesía y la sobrerrealidad que vive en los cielos rasos. Escribe desde que tiene ojos para ver la belleza. A los diez años ganó el premio escolar de poesía Emeterio Gutiérrez Albelo. Ha realizado un curso de poesía con Coriolano González en la Escuela Canaria de Creación Literaria. Es creadora y parte del equipo del blog literario Proyecto Garabatos (www.proyectogarabatos.wordpress.com). También escribe en sus espacios, El cielo raso (www.elcieloraso.blogspot.com) y El bicho negro (www.elbichocarretero.blogspot.com). Recientemente ha publicado en las revistas Círculo de Poesía, Revista Versados y Por qué tiemblan.
SEI LA TERRA E LA MORTE*
Yo soy como la Tierra, siempre
sola, siempre viva. Siempre
gravitante. Siempre giratoria.
Siempre trescientos sesenta y cinco.
Y cuatro. Años bisiestos
y estaciones.
Fantaseo con la niña que duerme
en la otra cama. Se ha hecho amiga
de gallinas hacinadas y ratas
con ojos de sangre. Ella y yo
vivimos en una casa con muros
descubiertos, pilares enormes,
ventanas sin vidrios, alfileres en
las fotos, veneno para gatos.
Me quiere, pero me habla cerca
de la oreja y no consigo ver
lo que me dice. Todo porque soy
una mujer sin párpados ni boca.
Hueca.
Vacía como la Tierra.
Oscura como la Tierra
*Cesare Pavese
UNA, NESSUNA…
es imposible ver desde dentro
desde dentro solo soy yo
ciega del mundo y de mí
EDREDÓN DE PATITOS DE COLORES
doctor
tengo veinte años y aún no sé dormir sola
mi madre me ha dicho que me olvide
de compartir cama con los ángeles
que los ángeles se han ido
que los ángeles antes eran tres
miguel gabriel rafael
uno en cada esquina
pero también eran tenebrosos
y mudos como mi cama
los ángeles se han ido doctor y yo
tengo los dedos con forma de rombo
no paro de meter las uñas en los muros
y saco trozos de fotos
verdes
como los ojos de mi padre
doctor
los ángeles se han ido
doctor
los ángeles
¿qué voy a hacer yo si no tengo párpados?
Matías Fleischmann González (Santiago de Chile, 1997) es egresado de secundaria. Quiere (ojalá) estudiar Antropología. Escribe y traduce poesía. Traduce relatos pero no los escribe. Le gusta sentir cosas. Ha sido publicado en revistas y antologías, impresas y online. Una vez casi se ganó un premio. Vive con un quiltro y un blog.
el clima mediterráneo es especialmente vulnerable al cambio climático
hago crecer plantas en tus maceteros
es la tercera vez en este mes de primavera que llueve torrencial
junto con la subida de las temperaturas globales, la acidificación de los océanos y
la disrupción de la circulación termohalina de las corrientes marinas, el
cambio climático provoca
reducción del tiempo de las lluvias
proporcional al aumento de intensidad
reduciendo el número de estaciones
de cuatro a dos:
la estación en la que visitas mi espacio personal como una embarcación
de pesca por arrastre
tallando el fondo marino y
la estación en la que no necesito más el sonido de los trenes del metro frenando
para
recordarle a mis extremidades que hay algo que nos
causa pero nada más.
mis extremidades, durante esa mitad del año, se
acuerdan solas de la manera de encajar tus dedos de los pies en mi suelo de
plástico importado
esto tiene, en un análisis superficial, tres consecuencias:
– la actual balanza comercial de la nación de chile se mantiene negativa
– los crujidos de tus nudillos llaman a los chincoles
– los aromos de la esquina florecen a mediados de agosto
ninguna de las cuales es suficiente para hacer despertar los líquidos de mis
huesos
que no quieren sostenerme más allá
durante la otra mitad del año, la de la pesca,
el enojo del sol me pega en la frente como mil portazos
de viento solar, el cual es una de las principales fuentes de
mi pena
levanto los pies del suelo
supongo que haber tenido un astrolabio al navegar habrá de haber sido
muy reconfortante,
saber adónde ir, saber que las líneas rectas de la
proyección de mercator
(proyección que engrandecía los polos, empequeñecía el ecuador y permitía la
navegación en línea recta)
efectivamente te llevaban más allá
y no debajo de la niebla
el farellón costero es un accidente geográfico característico del norte de chile
el paisaje es una sombra de tu ropa
las polillas nos reciben de este viaje insoportable
la frontera se mestiza por sí misma cuando el aire de
tus pulmones se mezcla con la
yerbabuena
falsa
supongo que hay un poco de todas las cosas repartidas en tus extremidades
caparazones estrujados de todo amor, eso son tus extremidades
pero nosotros
nosotros somos baratas de otro planeta cruzando el desierto de noche
y las estrellas que construyen un puzle en el cielo
un puzle que se construye solo
no determinan nuestro destino
solo iluminan la calle vacía
de la capital regional
existo contemplativo
mirándote ser motor de todas las cosas del mundo
fusionando todos los cariños que
dispersé
por las cuencas hidrográficas que
evacúan por el pacífico,
me cuesta despegar los pies
no hay muchas cosas que mis huesos aguanten
más allá de la gravedad
salimos de las madrigueras a recorrer la superficie hasta que nuestro cuerpo nos
dice: tengo el humo del desarrollo pegado bajo las pestañas
no hay suficientes espirales para hacerte caminar por mis brazos sin perderte
se siente cómo el mar regurgita el calor en la noche
hay una suerte de oscilación en mi cuerpo
el desierto lo engloba todo
engloba mis manos y las partes de atrás de mi cuello
estoy en medio de un espacio físico de tres dimensiones
en este espacio físico de tres dimensiones siento el viento húmedo correr del mar
al altiplano
tengo ganas de que tiremos pero ni siquiera me gusta tirar
tu cara es muy bonita. te queda bien la barba
eres una figura que absorbe todos los fotones de atacama y tarapacá
entre estos fotones se encuentran los latidos de mi corazón y todas las veces que
me he sentado a llorar porque no tengo con quien hablar a las cuatro de la
mañana
me dices: es que eres un ser nocturno
te digo: es que de noche las cosas son menos claras y me agobian un poquito
menos
es que de noche lo único que se ven son los vidrios rotos de las botellas al lado de
la línea del ferrocarril
me robé esa apreciación de un poeta que me mencionaste
de cuyo nombre no quiero acordarme
hay algo en las iglesias robadas
algo en la absoluta carencia de nada más excepto ladrillos rojos
ladrillos rojos
ladrillos rojos que construyen casas sin techo
que entierran las uñas en las laderas de los cerros de una tierra que no es nada
más que eso: tierra
y frontera
que respira en mis orejas
hay algo en las iglesias vacías
algo que me destapa el pecho y me invade por detrás de las fracturas de mi frente
no puedo explicarlo porque
dejé de creer en el alma a los quince
pero hay gringos muertos
gringos torturados en el valle de azapa
que nos hablan de noche
sobre la dictadura
tomamos cerveza al lado de personas con tatuajes
aunque ni siquiera me gusta la cerveza
tengo sueño porque salir de mi casa me cansa más que cualquier otra cosa en el
mundo
quiero tirar
mis lágrimas al desierto
y hacer que crezcan palmeras gigantes
que me hagan sentir que tengo vida más allá de la humedad de las ciudades
conquistadas
más allá de los valles transversales
me dices: la bandera es
enorme
te digo: quiero tirar mis
lágrimas
al desierto
y hacer un oasis de agua sin niveles peligrosos de plomo
sin
niveles peligrosos
de estar solo
Iosune de Goñi García (Burlada, 1993) estudió Filosofía en la Universidad del País Vasco. Actualmente reside en Barcelona, donde cursa el máster Estudios Comparativos en Literatura, Arte y Pensamiento de la Universidad Pompeu Fabra. Escribe en euskera y en castellano. Sus poemas han sido publicados en los fanzines Seremos Onironáutas, No eres consciente y en la revista Lekore.
F40.0 AGORAFOBIA
Nº Historia Clínica: 28**76.
Mujer de 22 años.
Presenta dificultades
para permanecer en espacios cerrados
o rodeada de gente.
Multitudes, lugares públicos, viajes.
Psicoterapia.
2 mg de benzodiazepinas.
Siguiente.
no puedo pensar no puedo dormir qué sucede con los vivos dónde están los que aúllan bajo la tierra los que sangran y tienen sed pero no respiran los olvidados // me buscan a mí buscan el cuerpo la carne preguntan y no sé decirles que no hay yo que no hay a mí del que decir me buscan porque hace siglos guerras y tempestades que perdí mi nombre // los ojos vacíos el agua en los pulmones no estoy muerta pero no respiro no puedo respirar no puedo // no hay suficientes palabras para decir la asfixia el pulso violento miedo temblor y el silencio es la voz de una aparición nocturna aullido de los sepultados bajo la tierra // los que me buscan // a mí que no tengo nombre que no sé de la vida más que el sabor de la sangre y los desiertos más que el dolor y el miedo a ser alguien más
a mí
que estoy al otro lado
en la otra orilla
la tierra sangra
y no sé volver
INVOCACIÓN AL LENGUAJE
Digo palabras: incienso, tinta, amor, espectro. No. No las digo. Escucho una voz que habla. Una voz que dice. La voz dice tinta, amor, incienso, espectro. Entre los nombres, partículas de lenguaje: ecos, respiraciones. Un verbo. Pre-posición. Y se forma una frase. El eco antes del sonido. Respirar y venir a la vida.
La voz dice escribe y sé el verdor de una música pasada. Que por qué la música es verde, yo no lo sé. Una vez escribí verde y escribí música y la música fue verde y quién soy yo para negarlo. Pasada. Porque todo ha pasado y nada hay por venir. El sol es negro y las aguas claras.
Cierro los ojos y busco su aliento. La voz trepando por mi garganta. No hay garganta. No hay posesión en la palabra. Tan sólo la tinta, el amor abierto como una herida, este espectro que soy cuando dejo de ser y la ceremonia silenciosa del habla. Antes de ser, qué. Antes de nombrarme fui tal vez fuego: informe, caótico, ardiente fuego.
Después mi nombre. Ella dijo yo y vine a la vida. Desde entonces escucho su voz, el canto secreto que me creó y por el que creo. Y sin embargo soy yo. Huelo el incienso dentro de mí. Yo soy la frase, el eco y la garganta. Nada ha pasado en la palabra: todo está por venir. El sol palidece. Las aguas son oscuras.
PAISAJE INTERIOR EN BLANCO
más allá del espejo la araña tejedora
jardín helado trance de los hilos
la soledad es un astro oscuro
espacio vacío entre las hebras
no hay tierra fértil ni mirada ni deseo
cómo hablar del fuego en el páramo
cómo conjurar el cielo
luz divina madre celestial
el cielo es verde música marina
sangre de la madre sangre de la luz en los hilos
no hay cielo música calma no hay calma
tan sólo la albura virginal de la captora
Is there no way out of the mind?*
tan sólo los hilos
la escarcha
el espejo
* Apprehensions, Sylvia Plath (1962).
Valeria Román Marroquín (Perú, 1999) Escolar. Futura estudiante de filosofía. Ha colaborado en Mutantres, Revista El Humo, 10avenida, Transtierros, Cráneo de Pangea, Poesía sub25, Estabanlocos, entre otros. Está incluida en “Pasarás de moda” (Montea, 2015), antología con 35 poetas jóvenes en español. Es capricornio.
canción para mi baby baby baby
no estoy confundida, solamente tengo las manos inquietas:
yo no sé cómo cantar pero escribo
una canción para mi baby baby baby mirándome el ombligo,
sospecho que en realidad nadie sabe cantar
sospecho que lo he perdido todo
europa es el segundo continente más pequeño en términos de superficie
abarca diez millones quinientos treinta mil setecientos cincuenta y un kilómetros cuadrados
tiene un relieve llano que no supera los trecientos cuarenta metros de altura
y los ríos tienen abundante caudal
yo tengo un peine
tengo un jabón
me lavo la cara como si la carne no se pudriera con el tiempo y el tallado
yo tallo mi piel
y me siento salvada,
es Jesucristo quien vendrá a salvarnos a todos con el fuego de la gloria que corre por sus entrañas
europa está colapsando
américa está colapsando
asia está colapsando
todos hemos colapsado, pero poco a poco:
la destrucción comienza desde mis latitudes
aprendo geografía como aprendo a rezar, en ambas busco y ambas me hablan de la renovación y la misericordia
pero esta vez no necesito perdonarme,
he aprendido geografía como aprendí a hablar:
yo pertenezco a este espacio, por lo tanto
me derrumbo
no estoy confundida, estoy frente a un mapa
y me canta,
quiero señalarte dónde están mis muertos:
asiento
y siento
que he entendido todo
mi baby baby baby se mira el ombligo,
me pregunta quién terminará por devorar a quién:
yo lleno mi boca de lugares comunes
como si fuera tierra,
devoro primero
a todos los animales que he sido
para comenzar a ver mi rostro
mi baby baby baby se mira en el espejo
y yo vivo con ella en una jaula:
imagina vivir abrazado
a un reflejo
imagínate vivir con ella
encerrados
como voy buscando, muero:
me abrazo
y a veces quisiera cantar
put me in a movie
puedes preguntar qué es lo que más me calienta y te llevaré en un mágico viaje
por tres poemas
uno
en la noche
dos
en el espejo
pregúntame sobre mi actriz porno favorita y te mostraré
el vídeo
de mi primera comunión
el vídeo
de todos mis cumpleaños
voy a masturbarme porque no quiero sentir mi tristeza
voy a masturbarme porque tengo mucho miedo,
pero
quédate
esto es justo como en las películas
cuando se acaban los veintisiete minutos y dieciséis segundos
las lolitas
con el culo partido
ya no existen,
yo sí
estoy de pie
todas las cámaras apuntan a mi corazón
mientras carga otro vídeo,
y en mis ojos hay un océano que arde
y en mis ojos todo está tan claro
y en sus ojos ya no me veo
esto es justo como en las películas
pregúntame cuánto tiempo duro frente a mi teclado y te morderé los huesos:
hoy quiero contarte todas mis fantasías sexuales
hoy quiero que vean mi sexo como una constelación
a la orilla de esta tristeza
que seca mi espalda
quiero ser la observada y no el observador
la polla sin rostro
la ventana en incógnito
quiero borrar el historial y ser dios
porque si me peguntas,
lo que más me pone
lo que más me calienta
es esta culpa
inservible
tonta
que se arrastra
entre
mis
pierna
i warned you
cuando mamá deje de tocar la puerta
y papá deje a las mujeres
cuando me invites una tarde a tu casa
a acariciar al perro a comer con las manos a insultar a toda tu familia
cuando rompa las vajillas las vajillas finas los vasos baratos
cuando guardes una foto mía en la billetera
y dejes de colgar el teléfono
cuando dejes de colgar perros en la puerta de mi casa
porque sé que tú los dejas
a veces
me extrañas, yo sé
que en secreto –muy en secreto- lo haces
sé que odias los perros aunque tienes uno
y me odias porque todos los días vuelvo a aprender tu nombre
como otros nombres
impropios a lo que hemos dicho fuera de las paredes
lo que hemos destruido sobre nosotros mismos
muy abiertamente
tu rostro
en las paredes
cuando dejes setenta y dos mensajes en la casilla de voz
y la voz de la contestadora se vuelva tan familiar para ti
como lo es para mí ahora
cuando te cuelgue
en la puerta de mi casa
en la puerta de mi cuarto
en medio de la madrugada
cuando dejes de cerrar los ojos
cuando dejes de cerrar muy bien los ojos
cerrar los ojos tan fuerte
cuando acabe
cuando acabemos,
ahí
mismo
voy a dejarte
ya verás
Sarai Portilla Salgado (Santander, 1995) estudia Lengua y Literatura Alemanas en la Universidad de Sevilla. Su temprano interés por la literatura y admiración por la poesía originan en ella el deseo de traducirse a través del verso. En 2015 decide compartir por fin sus escritos y comienza formando parte de la antología poética Anónimos 2.3. Actualmente está trabajando en su primer poemario inédito.
Infancia
Cambiar el hambre por alimento;
tragar el hielo que viste nuestro océano.
Descansar colgado del trueno
que despertó al niño de papel,
al niño que llora descolorido
vacío, arrugado, sobre la tierra.
Renombrar el deterioro
y observar la imagen
que yace a los pies
de nuestro utópico universo.
La soledad engendra poesía
La soledad engendra lo original, lo atrevido y lo extraordinariamente bello: la poesía.
Pero también lo desagradable, lo inoportuno, absurdo e inadecuado.
Thomas Mann
La soledad,
lijando el pecho,
cubre de sangre al poeta,
cubre de sangre al lector.
Clavada en la lengua
cubre de sangre las bocas,
las manos que tapan las bocas.
Lo trágico, lo bello,
lo tétrico de nuestras voces
vacía de sangre
al pálido cuerpo.
Nace el espanto
y de la punta de sus dedos
brota el arte.
Poema mutante
Tenemos la fiebre
De quien hierve la tragedia
Para evitar su toxicidad
Y sólo encuentra quemaduras.
Tenemos la fiebre
De quien huye del matadero
Pero olvida su cadáver
Junto a la puerta.
Tenemos fiebre
Y somos hematoma
Pero el escenario
Sigue siendo nuestro.
César Cano (Colombia, 1994) Es un poeta afrancesado que ha publicado la plaquette Tres poemas para sobrevivir en Bogotá (Chirriar, 2014). Quiere ser el Robe Iniesta colombiano, esa es la verdad.
“Si me encierro ven a verme un vis a vis”
La pereza me mastica lenta
mente
me arranca a cigarrillos las cosas que estaría dispuesto hacer
como que tengo el culo pegado a la cama
re cosido
si pudiera correr lo haría
si pudiera limpiar el inodoro
y no perdiera las manos en el intento
lo haría
pero estoy dispuesto a madrugar mañana
salir a caminar y después bañarme
ver una película y leer una novela
a la vida no le importa que yo haya nacido cansado
las cosas siguen sucediendo
el días es día y nada más que eso
puedo intentar hacer algo con los pedazos que me restan
otro ratito y ya no más lo intento
Historia de amor en MI sostenido de qué
(“Que no me he rendido
que sé fracasar”)
Nomás me queda el centro de mi propio corazón desvencijado
del corazón loco de acelerar por las paredes
achicharrado y loco de acelerar por las paredes
seco seco en una jarrita de vidrio
puestico a florecer al sol como de plástico
poniéndose negro en los borditos
el corazón pumpúm
dando vueltas sin parar por todo el cuerpo
el corazón pumpúm
escupiendo soledad por todo el cuerpo
el corazón pumpúm
metiéndose rayitas de amor que le llegaron hasta el alma
luego la vida presionándonos al fondo
luego la vida es ver cómo las cosas se destruyen
desde la pura contemplación de estar aparte
uno nace desnudo y los desposeídos son los otros
sin embargo el dolor, la fiebre
la pesadilla de ver las cosas alejarse
y vomitar de rabia, de impotencia
de la estupidez del sufrimiento
entonces el mundo se iba y regresaba el asco
me pregunto quién se divierte detrás de esta pantalla
quién se ríe de mi poco entendimiento
Corazón alborotado y tonto
y lo mal actor que me saliste
me toca escribirte los diálogos más simples
acobardado inútil, yo quería otro papel, otra película
una menos cursi
quería un pohema así grandote lleno de hazañas admirables
pero solo la insensatez y el odio
decir puras bobadas por minuto
una quejadera tonta, un berrinche
la incapacidad de asumir con seriedad las cosas
si todo es una farsa, una comedia
me equivoqué de película
pero lo intento
intento no romperme la cabeza
no romperme en mi cabeza
sé que nunca seré otro pero intento
huyo de la maldita luz de las ventanas
permanezco en un rincón atado a mi pereza
con el corazón pumpúm
detenido por raticos
“Y acuchillar los muros de las heridas altas”
(“cuando no hay nada que hacer
vuelvo a empezar”)
Tengo ganas de arrancarme la piel y ponerla al sol a que se tueste
a que me empiecen a crecer flores de plástico en el pecho
todos los días escucho las mismas tres canciones
y no me canso
no me aburro de lo que quise ser y no pude
enloquecer :
establecer un diálogo permanente con todos esos que uno ha sido
reírse del que pudo ser y no fue
que permanece como eterna posibilidad
en un mundo de especulación
calmado eliot,
que ya todo es demasiado confuso como para leer los cuatro cuartetos
destrosivos
la corrosión de estar a solas
to
do el tiempo
deambular por las palabras
el hormiguero y la lengua pegajosa
ver una multitud de personas aburridas golpearse la cabeza
qué pereza esta ciudad sin nadie
el mero insomnio
una colección de incendio en los pulmones
y mirar en el reloj las horas que le faltan a la carne
cuántas horas para el desastre de mis huesos
don david cuántas calles tengo que cruzar con los ojos cerrados
para escribir un pohemita lindo
sin manchar de alfombras las paredes
sin interrumpirme para derramar mi semen sobre todas mis muchachas
es mejor partirse el cráneo
y llenarlo de flores amarillas
recordar que antes jugaba al fútbol con guantes de cocina
y que ahora es esta rabia contra todo
todo lo que he hecho, hago y hacen
declarar la guerra al mundo: fácil
salir de la trinchera: ese es el visaje
de repente todos te quieren matar
(la paranoia)
y tienes tanta suerte
o eres tan insignificante que nadie lo logra
ni tú que no lo intentas
(¿por qué no lo intentas?)
nunca un cañón se apuntó a sí mismo
solo un amigo te tapa la boca
escribo lo que voy a hacer mañana y me desmiento
aunque es mejor callarse
y coger la bicicleta que te regaló tu madre
sentir las articulaciones de tus 206 huesos oxidados
sentirlas crujir como un derrumbe
pedalear hasta la esquina y devolverse
Martín J Zubía (Toledo, 1997) estudia la carrera de Lenguas Modernas y sus Literaturas en la Universidad Complutense de Madrid. Le gustan la poesía, las ballenas y los árboles. A veces escribe no sabe qué cosas.
Róbame sobre la Antártica
viento esquivo sobre espalda
sombra ciega
irrumpe en la mañana
irrumpe en los diáfanos
suspiros que nos miran destruye
la voz que canta la voz que asfixia
la voz que todo lo reduce a polvo
regreso escarcha
ceniza cielo grillo vuelta
cielo seco
grillo ebrio
estampa ignífuga en los años
duerme en mí cielo seco
expira en mí grillo ebrio
sálvame en mí bella estampa
¿dónde dormiste anoche?
róbame sobre la Antártida
(tras el párpado)
Un invierno mutuo nos entrega.
Las constelaciones se separan lentamente
constantemente.
Un cometa dará su vida
-hoy, mañana, siempre-
en nombre de todas las estrellas.
Acto inútil.
Su muerte no será contemplada.
Nadie –persona, ciprés,
estrella-
mirará al cielo ese día –lunes,
abril, mil novecientos diecinueve-.
. . . . . . . . . . . . .
Los días verdes. La sangre,
caliente. La herida
se fragmenta en distintas dimensiones:
recuerdos en blanco y negro,
mi hombro y una mano
(mía, tuya, mano de árbol,
mano de halcón…),
un océano tan inmenso tras el párpado.
(Olvido)
Puedo decir “la luna está alta,
más alta que todos los mundos.”
O quizá: “la luna es un reflejo de mi alma.”
Y, “este bosque se arropa de sí mismo esta noche.”
O, “algunas luces traspasan más que otras.”
Los astros, dicen, se mueven debido a
fuerzas gravitatorias.
Yo me muevo por instinto
-fallido-
buscándome de mí mismo,
a través de mis propias huellas.
Me pierdo en ellas,
en caminos recorridos hace años.
Kilómetros, exhausto,
sintiendo un frío que ya conozco.
Olvido.
Puedo decir “mira, Luna, cómo caigo.
Mira, mira, ¿qué me queda?”
Alejandra Marquerie Martín (1998) es de Madrid y está sufriendo un segundo de bachillerato de Humanidades, aunque no tiene muy claro qué hacer luego. Le gusta mucho escribir, y ha aparecido en la 10 avenida y en New spleen. Ha disfrutado recitando en los encuentros de Los perros románticos y ha aparecido en artículos de Playground.
Además, estudia teatro y fue nominada a mejor actriz en el Certamen de teatro de la Comunidad de Madrid, con la escuela de Nuria Soler. Ha realizado prácticas en el Museo Nacional Reina Sofía y le gusta mucho, mucho leer.
http://aleatoriamar.blogspot.com.es/
¿Descansar de qué?
Si últimamente de lo único que quiero descansar es
de vosotros, y vosotros sois lo único
de lo que no puedo descansar.
Hambre y deseo por un lado en el corazón,
moral y familia en el otro lado,
cosiendo la libertad en una camisa de fuerza,
en un habitáculo de sed en el que estoy
descansando todo el rato.
CO2 y coches en un lado del pulmón;
literatura en el resto.
Amor en el hígado y melancolía en el estómago y
un páncreas que segrega mierda que la
hace nostalgia
pero no
pero no sé por qué es.
Pendientes y mordiscos en las orejas
el estallido del tímpano que me hace falta
para despertar.
Un ombligo de certificado de que soy
sin saber lo que soy,
igual que los demás,
por una parte.
Y la otra no tiene nada,
porque no hay espacio para ella,
no hay tiempo para ella:
no hay espacio para nadie aquí.
Dedos y falanges para añorar tiempos pasados
horribles y crueles
cuando las piruletas sabían a algo
Y las heridas valían qué;
mejores que ahora,
que no sé dónde vivo.
Una tráquea que no filtra nada de lo que entra
y así estoy
tapando la melancolía con mierda del páncreas
para que no parezca lo que es.
Una tráquea bloqueada por mis dedos presionando mi cuello.
Esta boca y sonrisa que sonríen ante la nada
sin plantarle cara
qué cara.
Este cerebro cobarde que se llama cobarde en secreto:
este cerebro cobarde y estúpido que ordena al páncreas
tapar con mierda los gusanos que me agujerean el estómago.
Una juventud para no hacer nada
hecha de cristal infantil y cristal adulto
en la que no soy esto ni lo otro.
Cristal opresor que se clava al respirar,
que me hace bloquear la tráquea:
bloquéala, bloquea la tráquea
porque no filtra
y ahí está el problema.
Epitafio I
Buscándote en el laberinto, y allí gritando cerca del monstruo
tu nombre.
Leopoldo María Panero
El cielo de los enamorados no
me abrirá sus puertas porque
Aún
No he gritado el nombre frente
al monstruo
ni he imaginado los ojos ante el temblar
de la tierra.
Porque ante el caos y las bestias:
el gesto más cotidiano y
vuelta a empezar,
hasta que amanse a la fiera el
destello de la postura de sumisión que adopto
cuando estalla.
El cielo de los enamorados no podrá acogerme
en su tela pegajosa porque
Aún
no soy el fuero fuego que alumbra
cuando lee
ni soy nunca esa mano que no conoció otra
ni soy aquel destello cuando confundo
la sumisión al temblor de la bestia con
el brillo como campo de fuerza en mi cráneo.
Aún
No entiendo cómo llamar amor no
entiendo cómo asumir el desastre no
entiendo cómo el fin del mundo puede parecer
agradable
en tu existencia.
Aún no puedo decir que espero que en mi piel escribas
todos los ruidos que no recordaré cuando
esté tirada en el suelo de un cuarto vacío,
con todo lo que altera la realidad para
hacerla más liviana
colapsando mis arterias:
(Se muestra más cruel, sin embargo,
con la cara degollada y la cabeza arrancada
de un cuerpo hueco donde resuenan
los crujidos de cuando te ríes, que da vueltas sobre si mismo,
sin espetar nada).
No puedo decir, entonces,
que espero que mi piel sea cubierta con
todas tus memorias porque
ya sabes,
la belleza siempre es el comienzo de lo terrible
y a veces parece que reseñas
con más y más contundencia
el destino de mi próxima destrucción:
no sé si me explico.
El cielo de los malditos puede esperar
porque voy a estar labrando todos los epitafios que necesito
para mis múltiples muertes.
Entonces no veo la diferencia: malo o maldito. Maldito:
no me hago responsable, no cruzo el umbral entre
la tierra y el árbol.
Hago malabarismos en un escenario manejada por
un dios ruinoso y endeudado. Pero
mi papel es otro, no puedo ser títere de
trapo que cubra
con sus payasadas
la deuda de los dioses,
mi papel es otro.
No dejo que corten los hilos que
sostienen en tensión el yunque:
aún no he llegado al sitio establecido para su caída.
El cielo de los inocentes aguarda
mi llegada: la ataraxia a la que me someto cuidadosamente
no es más que el principio de la reseña, mi próxima destrucción,
el reflejo que me avisa:
Y el viento te lo advirtió transportando
hojas podridas hasta los pies de tu cama.
La prolepsis que me encierra: el habitáculo en el que desarrollo todas
mis acciones de rebeldía ante los círculos viciosos
va estrechando sus paredes con
cada vez más contundencia.
Entonces
quién me oirá cuando la prolepsis deje de serlo
quién oirá mis lamentos enquistados en
un pulmón
quién leerá el asombro de mi epitafio:
tengo una lápida desflorada en cada cementerio.
Juan Romero Vinueza (Quito, Ecuador, 1994) Estudiante de Literatura en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Sus poemas y cuentos han sido publicados en revistas físicas y digitales en México, Perú, Ecuador, Argentina, Colombia, Venezuela, Guatemala y España. Artículos suyos han sido publicados en Entremares Magazine, La República, La Barra Espaciadora y Rocinante.
Fue parte del equipo de redactores del proyecto FAVELA11 (México), fue parte del consejo Editorial de la Revista Matapalo (Ecuador) y maneja el blog de poesía hispanohablante Cráneo de Pangea, junto con Yuliana Ortiz Ruano. Consta en la Antologías Sinfonía Lírica: muestra de poesía total (Perú, 2014), Noventa Revoluciones (Ecuador, 2015), HARAWIQ: muestra de poesía boliviana-ecuatoriana (Ecuador-Bolivia, 2015); Pata de Araña: Antología Poética junto con Azael Álvarez Ramírez (Ecuador, 2015).
Vicente Aleixandre o las fases de la palabra
i.
falta de sombra o parálisis emocional que camufla los tejidos del poema / azul o color inexistente juanramoniano dentro de un libro sin tiempo / escondido detrás de las escamas de un camaleón que no quiere aceptar su condición de papel blanco que será torturado por el bien común / caminante no hay camino / un poema te espera en el mar o el sueño / con las luces prendidas y una sonrisa fingida para decirte que la muerte no espera demasiado
ii.
el dolor se puede esconder bajo la piel / los secretos son como agua manchada con sangre impura o desechos divinos / diluvios de la creación esperpéntica de una voz que no pudo combatir el sueño y el olvido / la memoria no fue más que una herramienta para desmentir la insuficiente peregrinación de la palabra por mis manos / el poema se escurría de llanto en las cejas de mi amado / yo veía como todos partían y se llevaban la mitad de mi poesía en sus ojos / otros se la llevaron en el alma del ojo del poema / en la máscara que fingí ser para que mi lengua pudiese ser salamandra o verde luz de viento / creo que la sangre no busca a la sangre / solo la derrama para comprobar si hubo vida dentro de un cuerpo
iii.
cremación simultánea del desierto o luz oblicua que atormenta a las ciudades mientras se incendian bajo un sol que no dejará de ser rojo aunque la ciencia me diga que no lo es -o que siempre lo ha sido- / un sol que detona los ojos de aquel que ose mirar y desafiar su edad / aquel que huya detrás de la verdad que se esconde en los millones de víctimas o flores parcas pardas / je suis le roi soleil et l’état c’est moi / Aleixandre era el rey de la poesía y el poema no era él / nunca / yo fui Aleixandre y no recuerdo a la poesía
iv.
luego de recibir mi premio tomé el dinero y compré un vino / me imaginé solo por las calles caminando lejos de mi patria y sin auguro alguno / aquel era un vaso lleno de veneno que se paseó por el desierto diciéndome: tomad y bebed todos de mí porque este es mi cáliz de mi sangre / sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por vosotros para el perdón de la poesía / haced eso durante la cremación mía
Je es autre
la proyección que se tiene sobre uno mismo
se mantiene hasta que
vemos más allá del espejo
cuando
lo rompemos y decidimos
dejar de acicalarnos para la cita con la muerte
para la que estamos un poco tarde
cuando
compramos una pecera
para guardar los restos del espejo
que ahora es una ceniza
cuando
vamos a una fiesta de disfraces
con un terno y decimos que
nos hemos disfrazado de seres humanos
mentir
es la mejor alternativa para poder
sobrevivir
al espejo de ceniza que somos
Autocontrol natural
hoy creé un dios // fue producto de mi locura lectura (tortura)
hoy creé un dios sin atributos // un dios humano // un dios animal //
hoy creé una voluntad mínima y una oscuridad que busca luz
mi dios no es guerrero ni lo sabe todo
es inútil y le gusta leer poesías sueltas que encuentra en un cuaderno de apuntes
él las escribe pero odia reconocerse ahí
crea otros dioses sin atributos y los riega por las hojas
mi dios es como un sol apagado
como un muerto que quiere dar consejos a un niño
los niños no creen en los dioses
sus madres creen que sí y les enseñan a rezar en latín
el niño es su propio dios // un niño es más poderoso que un león
hoy creé un dios // hoy creé un niño
aún no sé quién es ese niño pelirrojo y pecoso vestido de azul
que me mira como diciendo:
«Deja de crear cosas que no puedes controlar»
Teresa Gras (Madrid, 1994), estudia cuarto curso de Literatura General y Comparada en la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado en la revista argentina Por qué tiemblan y lleva el Tumblr The theoretical praxis. Escribe tanto prosa como poesía y actualmente no tiene ningún proyecto entre manos pero proyecta tenerlo en un futuro. Le encantan las castañas asadas y la literatura alemana.
doy vueltas en la cama porque es lo políticamente correcto cuando no se puede dormir aunque en realidad no quiera coger el sueño
hoy me gustaría tener dos fotografías de mi cuerpo en la misma postura y comparar la versión feliz y la delgada y ver cuál es más patética
un cuerpo solo puede aguantarse a sí mismo y a veces también sus huesos le pesan
a mi cuerpo le peso yo y el presente y la poesía
sueño que tengo el cuerpo lleno de llagas autoculpables como la minoría de edad alemana y que ya nadie me quiere porque tengo abdominales
sueño que el hospital se derrumba y en la puerta está llorando el chico que me gustaba en tercero de la eso aunque yo siempre pensé que él estaba enamorado de mí y por eso le ignoraba
sueño que le abrazo porque en el sueño él está triste y yo tengo la capacidad de ser reconfortante
sueño que lloramos juntos y eso me hace muy feliz porque nunca nadie ha llorado conmigo
pero el cuerpo sigue pesando recordándome que el hospital está en llamas y que en medio del caos yo no estoy muerta
y sigo despierta
aunque todo arda.
Sobre la piel que me queda voy a dibujar tres círculos ovalados,
voy a dejarlos sangrar sobre el lavadero como escurres siempre los ramos de flores antes de que estén amarillentas,
sobre la piel que me has dejado intentaré construir un templo de leche y miel,
porque de estos brazos ajados aún puede manar leche y miel,
partiremos el pan endurecido y lo untaremos en leche y miel
y luego volveremos a esta piel que nos hemos dejado,
húmeda, flexible, tirante,
hundiré los dedos entre los pliegues sobrantes de esta piel que aún nos queda
dejaré una marca roja
como cuando aprietas algo tan fuerte que la presa se convierte en parte inherente del que apresa.
No me arropa el agua tibia de esta bañera
lloro en silencio pero son lágrimas robadas
el agua no me sostiene y yo lloro porque estoy triste,
lloro porque tengo los huesos rotos y desnudos,
porque el agua me quema y esta bañera es un refugio del que no quiero salir
(y fuera todos braman y me esperan).
El agua no me sostiene y ni siquiera puedo vagar a la deriva en esta bañera de agua tibia,
este agua me quema más que las lágrimas inútiles,
este agua me empuja fuera de la jaula de la inocencia y yo me resisto,
yo clamo Alejandra, Alejandra,
¿y cómo es posible no saber tanto?
¿y cómo sumergirse
para siempre,
Alejandra?
Nadar en el agua tibia y olvidar como las almas que,
felices,
olvidan el camino de regreso,
nadar y mojarse el cabello y alcanzar la orilla y tumbarse en la ribera como las almas que,
felices,
se bañan en el río del Leteo,
como las almas felices, felices, felices,
como las otras almas, felices.