Diario de los líquidos amnióticos III

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I am transforming 

 I am vibrating

 

I am an embryo eating dark oxygen.

Nick Cave

 

 

Medías diez centímetros cuando vibraste en un cine antiguo abarrotado de hombres y mujeres vestidos de negro. Medías diez centímetros cuando sentiste unas manos que te acariciaban. Diez centímetros exactos y los conatos de patadas cuando los bajos te molestaban.

En mi cabeza estaba la mujer que dejó de ir a conciertos cuando se quedó embarazada. Amante de la electrónica, de sus bajos, de los graves del hip-hop, no imaginaba lo que podría suponer para su feto todo aquello. Temía molestarlo. Temía, en el fondo, la mancha roja entre las piernas, y la certeza eterna de que algo podía haberse cambiado.

Perdóname pues si anoche los bajos hicieron devenir olas de tu líquido amniótico, perdóname esos segundos de desconcierto en que todo a tu alrededor retumbaba. Perdóname los minutos de ingravidez en ese mar que vibraba y giraba y relucía al son de sus destellos; yo te acariciaba y bailaba, te acariciaba y bailaba y pensaba en ti.

Medías diez centímetros, cuando aparezcas te lo contaremos, serás mayor y a lo mejor, quién sabe, nuestras historias te interesen. Mientras te narramos los contratiempos, las coincidencias y las desventuras de nuestra leyenda personal, y tú te extrañes de sabernos jóvenes, de saber que existimos antes de ser tus padres, de saber que reímos, reímos y amamos, vibramos y nos transformamos, y bailamos acariciando la idea de mecernos contigo en esas noches de concierto legendario.

Medías diez centímetros, tú vibrabas con nosotros, vibrabas y te transformabas, vibrabas y te transformabas, vibrabas y nos hicimos tres.

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