PARCHED
Leena Yadev
2015
“Esto no es una película feminista”
Carmen Martín Gaite en una conferencia sobre La Regenta, recogida en su libro “Cuadernos de Todo”, comentaba que le chirriaban los pasajes en los que la protagonista, Ana Ozores, alegaba culpa por disfrutar del sexo con su marido cuando estaba enamorada perdidamente de otra hombre. Y no le convencía a la escritora, porque decía, que a su parecer, es poco probable que una mujer “perdidamente enamorada” de otro hombre, se lo pase “fenomenal” en compañía del hombre matrimonial. Y hasta alegaba una visión masculina sobre la emocionabilidad femenina, en esas situaciones por parte de Alas Clarín.
Parched, de la directora india, Leena Yadev, cuyo título alude a lo árido, a lo estéril, ha sido traducida en España por La Estación de las Mujeres, aludiendo al concepto época, algo así como: el tiempo de las mujeres. Esta es la tercera película de la directora de Bollywood, y nos cuenta la historia de cuatro mujeres indias que viven en una zona rural del estado de Guyarat (India). Dos de ellas bordan para un hombre-bueno, una de ellas es prostituta, y la otra es la nuera comprada por una de las otras tres.
Sus protagonistas, extrañamente todas bellas, parecen vivir en un tiempo detenido, como en un primitivismo inventado por la guionista: hay televisores y móviles (de tapa, no táctiles), vehículos a gasolina que conviven con un circo, en el que el número principal es el baile, (casto) de una prostituta, aparece la pornografía en la pantalla del móvil de un hombre por lo que hay internet, así que el retrato de la época de las mujeres parece quedar suspendido entre los últimos años de las década de los 90 (la popularización del móvil) y la actualidad.
La incapacidad para fechar correctamente la época de la película, no proviene unicamente del desconocimiento total del espectador sobre la sociedad india en la actualidad en la que conviven tradición y modernidad, sino de una propuesta deliberada de la autora sobre lo concreto y lo exacto, que se extiende a todos los registros de la película. Todo lo que sucede esta dirigido y guionado.
La película no se sostiene, justamente porque se apega al género que desea ser : comedia dramática. En esta época, la nuestra, donde destruimos el género, lo repensamos, moldeamos como si fuese barro, ver una película que se adapta a lo pensado, a los moldes, al estado de mujer detenido, es ver a unos personajes que hubiesen nacido bajo un destino y no tuviesen la originalidad de sentir nada distinto que lo que había en el guión, y todo lo que sucede es artificio. Por lo que ha tenido que aplanar sus personajes para que estén controlados: triste o contentos. Como una especie de bipolaridad guionada o anorexia emocional.
Un ejemplo de lo que digo es que en un momento de la película, una de las mujeres pasa una noche de sexo increíble con un desconocido en una cueva. No por ser mujer, sino por ser un ser humano que usa la lógica, y tampoco por haber leído sobre psicología, deduzco esto: si a una persona, en este caso mujer, se la viola una y otra vez desde la infancia (lo que ocurre a este personaje en la película), se acompaña dichas violaciones con golpes y palizas, es muy probable que, sin un trabajo personal de regeneración emocional y psicológica, disfrutar del sexo se le puede volver difícil. Presupongo que desconociendo como desconozco la cultura india, no tienen un secreto sanador para superar esto y disfrutar del sexo esporádico. Todo puede ser, es cierto, pero a mi como la Gaite, me chirría, y pienso que a la hora de construir personajes, debemos apelar al mundo emocional propio o ajeno, pero real, es decir: verosímil. Por que sino todo lo demás se desmorona, y nos quedan solo polvo y colores saturados, telas exóticas y un lenguaje lejano.
Muchas son las críticas que hablan de esta película como feminista, y si el feminismo se tratase unicamente de algo tan obvio como el derecho de la mujer a la vida, tod@s seriamos feministas. Y la película funcionaría en el primitivismo emocional que propone. Y todas podríamos ir a cenar a cualquier lado y decir que somos feministas sin que eso resulte incómodo. Pero el feminismo por definición es incomodo, y no pone de acuerdo a nadie (ni a las propias feministas) y se discute mucho.
Una película no debe ser una denuncia por la condición femenina en la India, no debe responder a ningún movimiento social o de derechos humanos, no tiene porqué defender a las mujeres de nada, no debe explicarnos cómo es la India ahora o antes, no tiene porque tener un mensaje. Ni una solución. Pero si elegís que así sea, si elegís hacer una película protesta, una película denuncia y comprometida, dime la verdad: Con datos, con emocionabilidad verosímil, sin colores saturados, sin género, no hagas que rían cuando tienen ganas de llorar, por que lo que si debe ser una película es algo vivo, en cualquiera de las formas de vida que encarne.
Desconozco si la directora conoce personalmente a una mujer que viva en ese estado (tanto físico como psíquico) pero me encantaría conocer las situaciones que Leena Yadev, la directora, ha vivido en su carrera cinematográfica, desde auxiliar de edición hasta poder dirigir sus films, porque daría seguro para escribir un guión fenomenal y verosímil: una mujer paseando en los grandes decorados cartón piedra del mundo de Bollywood.