Martina Matencio , Candelaria , Assiah Alcázar , Inés C. y Angie López hablan sobre la percepción del cuerpo de la mujer en la fotografía, sobre cómo se ha convertido en un reclamo publicitario y su relación con el consumo.
Aclaración de contenido: Les artistas entrevistades han trabajado hasta el día de hoy exclusivamente con mujeres y hombres cisexuales, por lo que las expresiones “mujer” y “hombre” en la gran mayoría de los casos se reduce a mujeres y hombres cisexuales. Cualquier aclaración de terminología que queráis hacer, será bienvenida. Pedimos disculpas de antemano si en alguna ocasión el artículo resulta binarista, o si excluye de alguna manera a cualquier persona ya que no es la intención del mismo.
El motivo por el que Martina Matencio elige retratar mujeres es muy sencillo: “creo en la conexión entre mujeres, creo en nosotras, quiero a las mujeres, quizá porque no me quise nunca lo suficiente”. Su fotografía responde más a una suerte de sororidad, de confianza entre personas que se entienden y hablan el mismo idioma y “no son los hombres quienes me lo pueden dar”. A Inés le interesa el movimiento de los cuerpos en general, la forma en que se mueven y se doblan, “me gusta representar los cuerpos de forma que no se vean rígidos”. Cuando trabaja con mujeres “me interesa captar el cuerpo de forma calma, ligera”, explica y añade “más allá del cuerpo, la mujer trasmite mensajes distintos que el hombre, debido a las experiencias y vivencias por las que pasa. Por eso me centro sobre todo en la fotografía femenina, me identifico más con ello”. Cuenta que hasta ahora “he trabajado con mujeres cis porque eran mis amigas y las chicas que tenía cerca. Ahora mismo paso por un proceso de transición, tanto estéticamente como en el contenido, por lo que me gustaría trabajar con más diversidad de modelos”.
Sin embargo, para Candelaria, los principales conceptos a transmitir son “la diversidad y la aceptación” explica que “a lo largo de los años fuimos perseguidas por los prejuicios”. Enfatiza además que el cuerpo de las personas pero, sobre todo el de la mujer cisexual, está sometido a las reglas del mercado y lo único que se busca es “vender un producto y cosificarnos”. Por ese motivo, es importante “la idea de quebrar los estereotipos y saber que todas estamos buenas muy gorditas o muy flacas, luciendo rollitos o abdómenes planos”. Sus fotografías muestran así un trabajo que tiende siempre “a la aceptación de uno mismo”.
Por su parte, Angie López cree que “las mujeres desprenden una magia especial, en su naturaleza y en sus formas hay algo delicado, incluso hipnotizante, las curvas, el cabello son símbolos de feminidad y delicadeza, pero la delicadeza y la sensualidad no son atributos únicamente unidos a la mujer, también se pueden atribuir a otros géneros”. Angie entiende que “la sociedad está muy acostumbrada a que la mujer sea frágil y delicada y el hombre sea fuerte, hoy en día esas diferencias se rompen y encontramos más hombres con su lado femenino desarrollado y mujeres con su lado masculino desarrollado”. Pero, ¿qué es el lado femenino y el lado masculino? Y más aún, ¿tiene que ver aquello que se refiere como femenino y masculino con los genitales o el género de una persona?
Queda un largo camino en la igualdad de percepción de los cuerpos
Como comenta Angie, “es totalmente posible encontrar ternura y delicadeza en los hombres, ya que no son atributos de únicamente de la mujer, pero para la sociedad resulta difícil ver a un hombre tierno o delicado porque según el patriarcado, es símbolo de debilidad”. Entonces, ¿qué pasa con los hombres? Angie añade que, a pesar de encontrar atributos distintos en los cuerpos biológicamente femeninos y masculinos, ha trabajado con hombres “y la verdad es que en ellos veo lo mismo que veo en las mujeres, me fijo en la luz y en su cuerpo” sin embargo, añade, “prefiero a las mujeres porque siempre me he sentido más cómoda rodeada de ellas”. En este punto, el cuerpo del hombre puede llegar al mismo nivel de sensualidad o sexualidad que el de una mujer, “aunque cueste de creer, para mí es igual de bello el cuerpo de una mujer que el cuerpo de un hombre, todo tipo de cuerpo puede ser bonito y por supuesto, sensual. La sensualidad es una cualidad que no depende del género, ser femenina no es lo mismo que ser sensual. Entiendo la sensualidad como una facultad que posee el ser humano, lejos de ser un instinto, es algo que se aprende. Entendemos sensualidad como algo únicamente femenino porque la sociedad entiende que la mujer ha de seducir por naturaleza y que, por tanto, ha de ser sensual de manera innata. Todos los cuerpos deberían transmitir lo mismo, pero aún nos queda mucho un largo camino en la igualdad de la percepción de ambos cuerpos”.
Candelaria afirma que “es lamentable pero el género influye demasiado”. A estas alturas “nos seguimos dividiendo por género, apariencia y estado económico, lo cual me parece lamentable”. A la hora de fotografiar “hay muchos prejuicios”, por lo que su trabajo no se centra en mostrar “cuerpos delgados y esbeltos; generalmente fotografío adolescentes, algunos acomplejados, otros no, solamente busco hacerlos sentir cómodos y que sepan que tienen esa magia en sí mismos”. Candelaria cree que ambos cuerpos (el de hombres y mujeres cis) transmiten cosas muy diferentes. Comenzó fotografiando chicas exclusivamente y “creía que me iba a quedar ahí, es un camino de ida, realmente me vuelven loca la miradas, la curvas, los aromas, el pelo y la manera de moverse que tienen; descubrir su intimidad a través de la fotografía es algo realmente espectacular. Después fotografié hombres y tuve experiencias muy lindas, ahora estoy aprendiendo a quererlos más y a comprender que ellos también tienen su magia y su delicadeza”.
Para Assiah Alcázar la atracción de fotografiar mujeres surgió con sus primeras fotos, “realmente empecé como muchos, haciendo fotos de paisajes, graffitis, puertas… Empecé a fotografiar personas cuando una amiga me propuso hacer fotos en un trigal a las 6 de la mañana, me pareció muy cómodo y muy divertido y supongo que a partir de entonces lo más cómodo ha sido retratar mujeres”. En las ocasiones en la que Assiah ha trabajado con hombres, “inevitablemente les doy un punto femenino o andrógino, pero creo que viene dado de la costumbre a tratar con mujeres en la fotografía”. Ambos cuerpos “pueden llegar a ser igual de sensuales”, comenta Martina Matencio, “aunque personalmente, el cuerpo de la mujer me parece más sensual”.
La sensualidad y los ojos que la ven
Assiah opina que existen “tantísimos cuerpos, ya sea de hombre, mujer o cuerpos no binarios, que cada uno puede expresar ideas distintas por sí mismos”. La manera de trabajar “varía según la persona y, seguramente, con lo que estés acostumbrado. Lo hermoso que tiene la fotografía, y también la suerte, es que cada uno plasma su mundo interior de alguna manera, no por fotografiar más mujeres que hombres es más seductor, otros fotógrafos saben plasmar el cuerpo de un hombre de diferentes maneras que no podrías decir si tienen más o menos sensualidad que el de una mujer”.
Inés cree que el cuerpo de las mujeres transmite cosas diferentes, sobre todo teniendo en cuenta la expresividad a través de las vivencias. Sin embargo, aunque cree que existe diferencia en cuanto a las formas del cuerpo y en cómo eso permite que sean captadas, “tanto dentro de los hombres como de las mujeres, hay una infinita variedad de cuerpos”. Las mujeres y hombres cis, más allá del cuerpo, “transmiten cosas distintas. Creo que la sensualidad como algo intrínseco del cuerpo de la mujer es una idea creada por el patriarcado para destinarlo al consumo”, determina Inés.
Aunque Assiah no encuentra “ninguna ventaja técnica” entre los cuerpos femeninos y masculinos cisexuales, para Martina el cuerpo femenino tiene, por lo general, “unas formas que son sensuales a nuestro modo de ver, pero obviamente, es un tema cultural porque lo sensual cambia según el momento histórico y según la cultura”. Por su parte, Inés defiende que “unir feminidad con sensualidad excluye a un montón de chicas que no se sienten sensuales o para la cuales la sensualidad no es una prioridad. Hay muchas formas de vivir tu feminidad, no es esencial que vaya unida a la sensualidad”. De esta manera, ¿es el público o las personas que se dedican a la fotografía quiénes se encargan de cambiar aquello que se considera sensual? ¿No sería la visibilización de cuerpos diferentes un cambio cultural hacia la apreciación de cuerpos no femeninos como sensuales, bonitos y delicados? ¿Cómo afecta esta sensualidad a la predisposición del consumo del cuerpo de la mujer?
Hoy en día el consumo de fotografías sensuales o de desnudos lo realiza “cualquier persona que le apetezca”, según explica Martina Matencio, precisamente porque “abres Instagram y te salen un millón, es difícil no encontrar”. Sin embargo, afirma que las fotografías de mujeres se consumen mejor que las de hombres. Opina que “la mujer se siente más libre a la hora de exponerse, al menos profesionalmente hablando”. Algo con lo que Inés C. no está de acuerdo. A lo largo de la historia, el cuerpo de la mujer “ha estado más sexualidado y destinado al consumo que el cuerpo del hombre”, comenta Inés, “cualquier cosa que hagas como mujer tiene una posibilidad enorme y ridícula de ser dotado de connotaciones sexuales”, además, continúa, “entran un montón de etiquetas que muy fácilmente se le ponen a la musa femenina cuando hay un desnudo o semi desnudo”. En definitiva, cree que “cuando se trata de desnudos femeninos, hay una labor más importante de normalización”.
En ese sentido, Candelaria reafirma esta idea y explica que “la mujer está bastante censurada, no tenemos tanta libertad como la que tienen los hombres a la hora de mostrarse, ya solo el hecho de mostrarnos nos hace “putas”, nos criaron tapándonos de los ojos lujuriosos y haciéndonos creer que esas cosas estaban mal, que nuestros pelos estaban mal, que nuestra vagina estaba mal, que mostrar las tetas está mal”. Ante esto, Assiah entiende que “hace mucho tiempo que en los medios la imagen de la mujer se convirtió en un objetivo de impacto publicitario en potencia para el mercado. Por eso crearon muchos estereotipos que, consciente e inconscientemente, consumimos a diario. En mi opinión, facilita que el consumo del cuerpo de una mujer sea más fácil, pero con esto no quiero decir que sea mejor”. En lo que respecta al desnudo integral frontal de un hombre, cuenta con las mismas connotaciones sexuales que si es el cuerpo de una mujer, “incluso más fuertes, es curioso, pero me parece que aún no estamos acostumbrados”.
Martina Matencio (https://www.instagram.com/lalovenenoso)
Candelaria (https://www.instagram.com/sentimentaliss )
Assiah Alcázar (https://www.instagram.com/assiahalcazar )
Inés C. (https://www.instagram.com/inescdo )
Angie López (https://www.instagram.com/angiecouple )