quién estaba haciendo qué y dónde
Ella estaba en la cocina. No estaba llorando.
Como decía, no estaba llorando.
Él estaba en el corredor
ya se había ido,
como el resto de ellos.
Nosotros estábamos en la sala de estar. No
prestábamos atención. No prestábamos atención, ciertamente.
Quizá sí la prestábamos. Quizá sí prestamos atención
(un poco).
Quizá ella sí estaba llorando un poquito, también.
sabbath
La abertura de tu falda es demasiado larga para ir a la iglesia.
Los ancianos lanzan miradas furibundas.
Digna hija de tu madre.
Siempre con buenas intenciones, siempre decepcionando a los demás.
¿Dónde está ella estos días?
preguntan
con cara de saberlo ya.
Tú no les das nada.
Dices,
París esta semana, luego, Italia.
Ellos dicen, oh, qué bien
con sus bocas
y el aire dice todo lo demás.
No te importa.
Todo el mundo dice que tú tienes su cara y una cara así
abrirá puertas.
Incluso puertas bien cerradas. Especialmente puertas bien cerradas
y así,
la abertura de tu falda es demasiado larga para la iglesia
pero el cepillo de la iglesia es para ti.
Pareces una actriz,
dice el sacristán.
Siéntate aquí. Justo aquí. Relájate.
hueso
Del Número Uno
que dice, ‘No llores.
Te gustará después de un rato’.
Y del Número Dos que dice gracias
después del asunto y no puede mirarte a la cara.
Al Número Tres que paga tu desayuno
y un taxi para volver a casa
y el alquiler de tu madre.
Al Número Cuatro
que dice
‘Pero me gustaba tanto
que no sabía cómo parar’.
Al Número Cinco que dice que dar tu cuerpo
es duro
pero es lo que mejor haces.
Al Número Seis
que huele a Tabaco
y dice, ‘Venga, me doy cuenta de que
te encanta’.
A quienes se sienten mal por la mañana
sí,
algunos se sienten mal por la mañana
y algunas veces ellos te dicen que
tú lo quieres
y a veces piensas que de verdad lo quieres.
Gracias al cielo tú te recompones
cada vez
componiéndote
y recomponiéndote.
¿De qué otra forma puedes poner fin a las lágrimas?
¿De qué otra forma puede un cuerpo sobrevivir?
sin título 1
Si tienes miedo de escribirlo,
es buena señal.
Supongo que sabes que estás escribiendo
la verdad cuando te sientes aterrorizada.
***
who was doing what and where
She was in the kitchen. Not crying.
Not crying, I said.
He was in the hallway
already gone,
like the rest of them.
We were in the living room. Not
caring. Not caring, mind you.
Perhaps we did. Perhaps we cared
(a bit).
Perhaps she did a bit of a crying too.
sabbath
Your skirt is split too high for church.
The elders glare.
You are your mother’s daughter.
Always meaning well and falling short.
Where is she these days?
the inquire
with knowing faces.
You don’t give them anything.
You say,
Paris this week, then on to Italy.
They say, oh that’s nice
with their mouths
and the air says all the rest.
You don’t care.
Everyone says you have her face and it’s a face
that will open doors.
Even locked doors. Especially locked doors
and so
the skirt is split too high for church
but the collection box is yours.
You look like an actress,
says the usher.
Sit here. Right here. Relax.
bone
From One
who says, ‘Don’t cry.
You’ll like it after a while’.
And Two who tells you thank you
after the fact and can’t look at your face.
To Three who pays for your breakfast
and a cab home
and your mother’s rent
To Four
who says,
‘But you felt so good
I didn’t know how to stop’.
To Five who says giving your body
is tough
but something you do very well.
To Six
Who smells of tobacco
and says, ‘Come on, I can feel that
you love this’.
To those who feel bad in the morning
yes,
some feel bad in the morning
and sometimes they tell you
you want it
and sometimes you think you do.
Thanks heavens you’re resetting
ever
setting and
resetting.
How else do you sew up the tears?
How else can the body survive?
untitled 1
If you’re afraid to write it,
that’s a good sign.
I suppose you know you’re writing the
truth when you’re terrified.
*
Yrsa Daley-Ward es la autora del poemario bone (2017). Nacida en Lancashire (Inglaterra), se niega a revelar su edad, tiene ascendencia india y africana, y es activista por los derechos de la comunidad LGTBQ. Aunque ha trabajado como modelo, su mayor popularidad vino con la autoedición de bone y el uso de las redes sociales, especialmente Instagram, para difundir sus versos. Los poemas más interesantes del libro son aquellos que sitúan el cuerpo de las mujeres y su vulnerabilidad en el centro. Especialmente una vulnerabilidad relacionada con la violencia sexual y sus secuelas. También aborda el trabajo sexual como una forma de supervivencia económica para las mujeres, que pone, al mismo tiempo, sus cuerpos y sus emociones en espacios límite. Los poemas son narraciones a ritmo de thriller, que llevan a la lectora a sumergirse en historias que transcurren de manera pastosa e inquietante. La obra de Daley-Ward parte de la observación de mujeres empoderadas que se enfrentan a la herida de la violencia, la invisibilización y el silencio, al miedo que proviene de haber sobrevivido y el verse impelidas a crear estrategias para continuar con la vida. La escritura, entre ellas, y de manera preeminente. Más información sobre la autora aquí.