Poemas de Chus Pato

 

 

 

 

 

 

Selección poética

Poesía reunida. Volumen I (1991-1995)

Traducción de Ana Gorría.

 

 

 

Ondean los lomos de los bueyes

con la voluptuosidad del océano.

Aun a medio corazón

ondean

con la voluptuosidad del océano.

La contradicción principal,

los centros de tormenta a escala planetaria.

Doce yuntas de bueyes

Árbol

Otero. 

 

*

 

Cierto que son rosas las que por este vado cruzan

y plenilunios

y sábalos

y pavías de agua dulce

y terciopelo carmesí.

 

Se dedicaban los habitantes de aquel país a hacer grabados, a la

caza del pequeño venado, del faisán y de la gacela; vivían en el

corazón de los bosques, mayormente en ciudades como laberin-

tos, cercadas por doble recinto, amurallado.

 

Había retama, saúco, estruendo y miles de saltamontes

cerrando mi boca.

 

Es cómo decir cascada

aliso de plata

como decir bancal.

Oh, Venus, la que por estas aguas

pasa. 

 

*

 

Y corríamos por los campos

y por vez primera oí disparo, o bala

y me pusieron por encima una bata de andar por casa

y delante de mí, sobre la mesa, una taza de caldo.

Dijeron: si subes, eres de la familia.  

Ferrol, marzo, 1972

 

*

 

A veces aún puedo escuchar batir el mar

la extensión de los campos

¡inmensos!

 

*

 

¿CALMA?

Tan sólo esta navegación mientras pelo las judías

con el mismo pánico con el que me cortaría los dedos.

 

*

 

Esto es un castañar. En el castañar una mujer. La mujer lee, piensa.

Lee un libro o códice miniado. 

 

En el códice una mujer. En su mano uno de los extremos de la 

cuerda que en su otro extremo abarca el cuello de

Rosana que avanza detrás de esta mujer.

 

En el códice, por encima de las bermas, el monte levantándose como

desde los peñascos; entre los peñascos, dehesas.

 

En el códice, robles, el cielo azul entre los árboles,

expandiéndose entre las ramas desnudas de los robles. 

 

                            ¿Recuerdas

                            cuando los cuervos venían a beber al río?

 

La mujer está sentada. En el códice, paisaje de peñas, en el fondo

del paisaje un hombre contemplando los cielos, en los cielos un

                                                                                                         [cuervo

           «que había sido él alimentado por los cuervos

           que los cuervos traían en sus picos pan, pan, por entre las nubes

           que habitaría en el fondo de aquel abismo, escarpado».

 

Bien pudo ser que en aquel otro paisaje hubiera pintado Rafael

un Mesías en triángulo perfectísimo: transfigurado.

 

La mujer lee, piensa. Paisaje de peñascos. Incluso en el margen

de los caminos, cayendo encima del margen de los caminos.

De las laderas

nubes. 

 

Poemas de Urania (1991).

 

*

 

Heloísa trata de elegir el corte para un abrigo.

 

Heloísa compra una blusa amarilla con diseños de cachemira,

       [la misma

que vestirá el día que se descubra con asombro

sus cosas contra la hierba

como un río.

 

La ventana de Heloísa da hacia el cuartel.

Heloísa observa cómo se adiestran los soldados del octavo

       [regimiento de Zamora

Observa la ciudad, hueca, más allá de la disposición geométrica

       [de las tumbas.

 

Pide ron,

esto antes de comprobar cómo la faja de licra ciñe sus muslos

contra una hierba rala,

desnudos.

 

*

 

 

¿Cómo, imaginar el rostro de la mujer que combate con el león,

todo su cabello de guirnaldas,

cómo los ojos áureos de dios?

Rozar levemente un peplo. En la línea de meta, engalanada.

Conducir tu mano a través de la multitud de jinetes nómadas.

 

Pero ya con anterior frecuencia habías recibido

las alas de la victoria.

 

Poemas de Heloísa (1994).

 

*

 

Y hablo

cómo no hablaré del hada, de la muerte en un paisaje de loza

china, de la oscuridad expandiéndose por mis

vertebras, de la profecía.

Fastuosa esculpiría la proa y surcaría galerna y rayo.

Era el río osamenta poderosa y junto al topo la anguila y 

la anguila un cinto de monedas, era el niño el solsticio de

verano, laurel que vertía.

Por esta puerta entro, enracimada

soy carne de fígaro y dejo que la marea baje.

Puedo soportar por tanto cualquier herencia.

¡Id mis serpientes!

en un abanico, en vitela de becerro muy pulida, en un pergamino

de plata.

En la nación de Kageran, de la poderosa tristeza, del espino

que me atraviesa milenario.

Y todo quedó en mí desarbolado.

 

 

Poema de Fascinio (1995). 

 

 

***

 

 

 

 

 

Chus Pato (Ourense, 1955) es una de las voces más representativas de la poesía gallega contemporánea. Es autora de diez poemarios, publicados entre 1991 y 2013, por los cuales ha recibido varios premios, como el Premio Nacional de la Crítica Española, en su modalidad de poesía gallega. Además de su importante proyección en el ámbito anglosajón (Estados Unidos, Canadá o Irlanda), sus poemas han sido editados en países como Argentina, Chile, Portugal, Holanda, Bulgaria, Rusia, Francia y Bélgica, entre otros, y su obra ha sido recogida en decenas de antologías nacionales e internacionales. Ha participado en festivales de poesía de Barcelona, Rosario, La Habana, Buenos Aires, Bratislava, Róterdam, Amberes, Lisboa, Córdoba y Ottawa. En 2015, su voz fue incorporada a las grabaciones de la Woodberry Poetry Room de Harvard, en donde se recogen las palabras de figuras de las letras universales como Elizabeth Bishop y W. H. Auden. El 23 de septiembre de 2017 ingresó en la Real Academia Galega.

 

 

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