La poesía de Olga Novo: Dinamita dulcísima & Arrugas bimilenarias

olga00

Yo pensaba que respiraba por el pulmón

pero el mundo veía mis branquias

de dinamita dulcísima

  

Una intuición de lágrimas escondidas

en las arrugas bimilenarias de las ancianas

 

Olga Novo (Vilarmao, Lugo, 1975) está escribiendo la mejor poesía que se está escribiendo en estos momentos. Difícilmente puedo sugerir comparaciones: su poesía, aunque muy bien leída y muy bien conectada aquí y allá con muchas y variadas tradiciones líricas y filosóficas muy bien mezcladas (¿los simbolistas franceses? ¿los surrealistas franceses? ¿Walt Whitman? ¿las vanguardias latinoamericanas de los años veinte y treinta? ¿Rosalía de Castro? ¿Sylvia Plath, Anne Sexton? ¿Clarice Lispector? ¿las generaciones latinoamericanas de los años sesenta y setenta? ¿la política identitaria? ¿el feminismo de la diferencia?), es única en su especie. Y digo especie porque su especie es, a la vez, la de la poesía contemporánea en general, y la de la poesía contemporánea femenina en particular, al menos por lo que respecta al panorama peninsular. Con sus compañeros masculinos de generación (me refiero a aquellos nacidos a mitad de los setenta y principios de los ochenta) comparte poco: frente a los minimalismos y la contención expresiva, la torrencialidad y la iteración y el énfasis; frente al ingenio conceptista, la metáfora y la analogía arraigada en la experiencia franca de la tierra, de la flora, de la fauna; frente a la fragmentación o el escondrijo o el chiribitil del yo-que-se-escurre, el grito de placer y el grito de dolor del yo-que-se-afirma, del yo concreto de las “emanaciones vitales”, del yo desnudo y desnudado en el claro del bosque, sin ironías y sin secretos y sin miedos; frente al juego leve, frente los juegos y coqueteos con el repertorio métrico clásico, la batalla profunda, las batallas y coqueteos con el versículo y la narración mítica e íntima; frente al coloquialismo y al culturalismo, el coloquialismo y el culturalismo en dosis mínimas, combinados con dosis máximas de solemnidades y declamaciones y epístolas y sinfonías y cataratas y arrojos casi irracionalistas. Con la poesía femenina de su tiempo y lugar comparte algunas temáticas clave –el cuerpo, la maternidad, la menstruación, la furia política−, pero su ternura y su vehemencia van más allá. Tan allá, tan atrás, tan adelante: la familia, la historia, la aldea, el cosmos. Su poesía es brillante y oscura: telúrica, mimosa y bestial. Como una brasa. Como cuando una no sabe si escribe, “o es que anda descalza sobre brasas”.

En junio de 2013 salió a la luz la antología no-cronológica de Olga Novo Los líquidos íntimos, en la excelente edición de Cálamo, con la selección y traducción (del gallego al castellano) de la propia autora. “Raíces”, “volcanes”, “mentes” y “vidas” que conforman un diario, una colección de cartas y de canciones, una declaración (o dos) de amor, una confesión ética y lingüística, un parto. Una conversación con los vivos, con los muertos, con los recién-vivos, con los recién-muertos, con los siempre-vivos: una conversación (una invocación, una conjura) con todos los “líquidos íntimos” de la vida y de la muerte.

La de Olga Novo es una poesía compleja. Sinestésica, visionaria, concreta, amiga de la combinación de campos semánticos a priori alejados entre sí, amiga de los encabalgamientos reveladores, amiga de los estribillos y los juegos de palabras no arbitrarios. Es una poesía, ante todo, rural, basada en el reconocimiento de que el cuerpo humano y el cuerpo animal y el campo son el mismo cuerpo. En su vivencia, la comunión con la naturaleza (que no es bucólica) se funda en un amarre químico, pero también convivencial y existencial:

 

Con mi piel puedes hacer injertos en los manzanos

. . .

Acostumbrada a tirar por un poema como por un ternero

cuando se le ven las patas

. . .

toda maduración requiere un desgarro de tendones

entonces es cuando corren por mi pecho rebaños de cabras

 

Es una poesía, también, fisiológica y romántica y musical:

 

los ojos de mi amor llevan dentro

el tintineo de los cencerros unocontraconotro unocontraconotro

de la novela sinfonía de Gustav Mahler

mamá

. . .

tu bondad hace exactamente ese ruido

. . .

Y entonces me despliego como la eterna flor del encéfalo

y pienso en ti

desconocido mi misterio mudo

 

Una poesía genealógica, maternal, filial; siempre (como mínimo) bidireccional:

 

Antes la Vida como mi madre derramando amapolas en

          enero

o simplemente como yo

dentro de ella

desgarrándole placentas

en enero

. . . .

Que está mi abuelo quemando iglesias en el centro de mi

          útero

. . .

Ah compartir contigo el mismo sistema linfático

el código que nos rizó el pelo

. . .

Hermano mío igual tu corazón a mis gametos

Hermano mío igual la partitura de nuestro concierto

         para cromosoma y cuerdas

 

Una poesía agradecida, compasiva, subversiva, consciente de su propia contingencia y de su propia consistencia histórica y colectiva:

 

yo sé muy bien sé todo

que para aprender este ladrido

al final hicieron falta

mil mujeres lavando sin cesar en el río de Saá

. . .

Pietá pietá

mi bisabuela pasó hambre

. . .

lavo en el pozo del río Rubín

tus manos lumpenproletarias

luzco tu escoliosis como un ornamento astral

. . .

le echo los perros a tu dolor maldigo el trigo negro

que no comiste

. . .

Padre

a ti todo te sobreviene como la tormenta

 

Una poesía amorosa y erótica, en la que el pariente y el amante y la estrella y el hijo y los mamíferos se confunden y se fusionan, en su terrible vitalismo:

 

haciendo la fotosíntesis del amor

en la vanguardia de la nada

. . .

ahora sé que lo mínimo es el exceso

. . .

el estómago de una vaca y la reverberación del trébol

el cerebro de mi hermano que brilla como una flor entre

          los números

el húmero del poeta amado

su sangre viva          mi canibalismo

 

 

Una poesía sabia, delicada, dolorosa:

 

y me pongo a leer cuatro peras

en el borde de un camino

. . .

excepto el pico de la abubilla que come el corazón del higo

y digo

que existió con tal ternura que se quedó dormida entre

          los calcetines

de la cesta de tu ropa y tres pinzas y la curva del universo

y digo

también

que puede respirar con el oxígeno que a ti te sobra

que va al más allá a besar las manos de tu madre muerta

y que te fabrica los suspiros como una flor de harina

          infinita

 

La poesía corporal de Olga Novo apabulla al cuerpo; su poesía de corazón salvaje y de “salvaje mente” desgarra el corazón y la mente. Lunar, canina, campesina, hermana, astronáutica, catamenial, anciana, pequeña. Como una brasa. Como cuando una no sabe si escribe, “o es que anda descalza sobre brasas”. Como cuando una no sabe si escribe, o es que anda descalza sobre la “dinamita dulcísima”. Como cuando una no sabe si escribe, o es que acaso no escribe: la escriben a ella esas “arrugas bimilenarias”.

A mi juicio, aunque la lógica organizativa de los poemas seleccionados para Los líquidos íntimos es impecable, y aunque la calidad no decae en ningún momento, cabe lamentar un grave fallo: que no haya sido incluido su imprescindible poema “La idea de belleza: J O D E R”. Sólo este poema ya nos da una idea de la hondura –a tantísimos niveles− de su poesía: la realidad que supera a la idea; el sexo y el amor como acciones revolucionarias a medio camino entre las eras donde se trillan las mieses y la bóveda celeste y la historia de la filosofía occidental y los planetas alumbrados por el amor y el sexo; la realidad que supera a la idea: la belleza de joder, que es una “cosa preciosa de la astrofísica”… La belleza de joder, y ver cómo las garzas –las patas de las garzas− anuncian, por la noche, la luz del día.

 

 

 A idea da beleza
F       O       D       E       R

 

Fóra.
Fóra tribo.
… Se bailaras comigo
habías de comer o saber
cru
a impalabra do meu carácter montañés
bárbaro
e voitral
habías de beber os ouriños benditos por belce

come

come
tú.
A foránea levo nunha lingua anticrista unha flor unha flor unha flor
tan aberta
que pensa
…se bailaras comigo
ata partirme o espiñazo e facer dúas de min
meu ben
se me viras ben
ven
e baila comigo.

Vivín coa boca seca coma o deserto de Dakar
ata tocar
a punta infinitesimal dos meus mexos
marqués
marqués da nada
só señor da miña vaxina noite inmensa papila gustativa do mundo
vulva perfuradísima
botón da tierra
antilei da gravitación universal.

O centro da terra non atrae as miñas verbas
eu douchas de comer na túa ansia coprófila
esta excrementación silábica esta apalabración
que me inflama os intestinos
cheos de amor
e merda.

A idea da beleza
cruzando o celo cara o sur
na migración das aves
describe a curva depravada
o grao máis alto
de poesía pura
caendo coma a suor polos teus poros
abertos que son
buratos negros
e unha cousa preciosa da astrofísica.

A idea da beleza migra no teu cuspe
esa substancia que rompe a barreira do son
sobre min
podemos
Foder
ata romper a paus o espírito de Deus
podemos
Foder ata sentir o cu da noite
onde ninguén viu as patas dunha garza
anunciar a luz do día
Foder
ata arrasar as cordilleiras da miseria
podemos
Foder
ata caer
sentir o crac do cromosoma do poder
podemos
Foder ata tocar a nosa soedade co teu prepucio só
Foder
nos
ata o final
asa ver a morte curvándose na derradeira postura do pracer
Foder
ata
Foder
e xa non ser
máis
cá sombra dunha dimensión fodendo a catro patas
no borde do universo
ti e eu
Fodendo de xeonllos
na noite estrelada da mente de Platón
pensando
quizáis
na idea da beleza.

 

La idea de la belleza
J       O       D        E       R

 

Fuera.
Fuera tribu.
… Si bailaras conmigo
habrías de comer el saber
crudo
la impalabra de mi carácter montañés
bárbaro
y buitral
habrías de beber la orina bendita por belce

come

come
tú.
La foránea llevo en una lengua anticrista una flor una flor una flor
tan abierta
que piensa
…si bailaras conmigo
hasta partirme el espinazo y hacer dos de mí
mi bien
si me vieras bien
ven
y baila conmigo.

He vivido con la boca seca como el desierto de Dakar
hasta tocar
la punta infinitesimal de mi meada
marqués
marqués de la nada
solo señor de mi vagina noche inmensa papila gustativa del mundo
vulva perforadísima
botón de la tierra
antiley de la gravitación universal.

El centro de la tierra no atrae mis palabras
te las doy de comer en tu ansia coprófila
esta excrementación silábica esta apalabración
que me inflama los intestinos
llenos de amor
y mierda.

La idea de la belleza
cruzando el cielo hacia el sur
en la migración de las aves
describe la curva depravada
el grado más alto
de poesía pura
cayendo como el sudor por tus poros
abiertos que son
agujeros negros
y una cosa preciosa de la astrofísica.

La idea de la belleza migra en tu saliva
esa sustancia que rompe la barrera del sonido
sobre mí
podemos
Joder
hasta romper a palos el espíritu de Dios
podemos
Joder hasta sentir el culo de la noche
donde nadie ha visto las patas de una garza
anunciar la luz del día
Joder
hasta arrasar las cordilleras de la miseria
podemos
Joder
hasta caer
sentir el crac del cromosoma del poder
podemos
Joder hasta tocar nuestra soledad con tu prepucio solo
Joder
nos
hasta el final
hasta ver la muerte curvándose en la última postura del placer
Joder
hasta
Joder
y ya no ser
más
que la sombra de una dimensión jodiendo a cuatro patas
en el borde del universo
tú y yo
Jodiendo de rodillas
en la noche estrellada de la mente de Platón
pensando
quizás
en la idea de la belleza.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *