VI
JUANA BIGNOZZI (1937-2015)
Mis mitos son los mitos típicos del anarquismo fabriquero. Mi padre era un obrero panadero, anarquista, que luego pasó al Partido Comunista durante el peronismo, como tantos… Vengo de los mitos culturales de las bibliotecas, de las veladas de estudio después del trabajo… Me crié en los mitos del arte, la cultura, los viajes, la ópera… Y he ido creciendo con esos mitos: algún día conoceré esto, algún día escucharé esto, podré leer esto, podré ver esto, podré escuchar esto.
Y de mayor sólo he ido comprobando o deshaciendo mis mitos. Prácticamente no he agregado ninguno.
Juana Bignozzi,
reporteada por Martín Prieto
para Diario de Poesía Nº 46
(extraído de la solapa de Mi ley tu Ley
Adriana Hidalgo Editora)
***
De Mujer de cierto orden (1967):
La vida plena
A algunos les han quitado las ganas de hablar,
pasan mudos por el amor, aman perros vagabundos
y tienen una piel tan sensible
que nuestros pequeños saludos cotidianos
pueden producirles heridas casi de muerte.
Nosotros, seres amables e inofensivos,
miramos los gatos enfermos, las mujeres con collares
que pasan por la calle
y sentimos un desamor agradable,
casi suficiente.
*
Todos lo saben
y entonces buscan mi compañía para charlar por las noches.
Sin embargo yo conozco a alguien que quiere morir en paz consigo mismo
y me produce estremecimientos, insomnio, soledad,
porque la paz conmigo misma sería una guerra sin fin,
dos o tres asesinatos inevitables y alguna entrega desmedida
que no entra en mis planes.
Sin embargo yo sueño por las noches
con un jardín inmenso donde los muertos se levantan para saludarme;
yo sueño con un hombre que me inquieta y como lo ignora
me habla amigablemente del resto del mundo
y de mis múltiples amores, tan simpáticos,
tan apropiados como tema de conversación.
*
Veleidades con niños conocidos
Yo me esfuerzo por enseñarle a los niños que me rodean
que antes de abrir una puerta hay que decir permiso;
ellos miran a sus mujeres y piensan que soy una arpía,
los más benévolos dicen es una mujer con veleidades,
y como les han dicho que los hombres inteligentes ríen en voz baja,
los imitan en forma lamentable.
En los costados del camino los caballos sólo comen las flores azules
yo quisiera llevar a los niños que me rodean
para que empezaran a aprender algo sobre el buen gusto,
los caballos son grandes maestros.
Pero ellos prefieren la filosofía y morirán sin entender
vestidos de niños con mediecitas blancas
y con todas las crueldades absolutas de los niños.
La gente con veleidades que no creemos en los pecados
del precio, la venta o la entrega
los miramos jugar con sus barriletes
y nos ofrecemos tranquilamente
para que nos claven en el cuerpo flechas de colores primarios.
*
Domingo a la tarde
Cuando se sientan frente a frente
amores imposibles, quincallería amistosa,
tipos que se atrevieron y esa mujer intensa
que lleva augurios a felicidades que nunca entenderá,
la buena gente desecha las malas palabras,
la buena gente dice todos tienen posibilidades en la vida,
sienten crecer su amor por esa mujer intensa,
tan sola, que vivirá siempre detrás de una ventana
y todo lo que le ofrecen está demasiado azucarado.
*
La literatura en serio
Como sufro y me aburro resulto bastante divertida,
a veces represento situaciones,
la mujer comprensiva, el hombre triste;
como no tengo sentido de la oportunidad,
puedo interrumpir la mejor escena de amor,
y para que nadie dude de mi inteligencia,
me ocupo de problemas casi ridículos.
Rodeada de gente que espera cosas de la vida
o practica la tragedia,
mis explosiones de júbilo son bastante frecuentes,
y como me regalo horizontes, cucharas que vacían mi corazón,
casi siempre estoy triste,
por eso mi alegría es digna de verse.
***
De Regreso a la patria, Libros de Tierra Firme Editorial (1989):
Esperé ser la anfitriona elemental…
Esperé ser la anfitriona elemental
de una estructura no corrompida
ofrecer entregas y apuestas
abandonar mi ciudad sin la sombra de la sal
ni de su adiós y memoria viva
ahora soy dueña de un sistema de condenas y salvaciones
de aceptaciones y rechazos
de una lista de buenos trabajos
de un lejano sabor a vida
de una única forma de limpiarme
en soledad
*
Que necia salir por esa ciudad…
Que necia salir por esa ciudad
a recoger mis confidencias entre adúlteras
poetas de diarios pueblerinos
burguesías napoleónicas y analizadas
solitarios a los que no recuerdo en sus actuales escenarios legales
salvo algunas soledades de domingo a la tarde en la provincia
alguna etapa antes de volver al verdadero destino ignorado
que necia creer que siempre más allá
había un imperio con toda su fanfarria
y el exotismo de sus colores
y no sólo este trabajo mínimo y constante
ser armonioso sin conciliar unir sin renunciar
sé que largué un bumerang que todavía no volvió
*
Yo que moriré vendiendo las joyas…
Yo que moriré vendiendo las joyas
que nunca tuve
extiendo esta mano como si blandiera guante de encaje
que no conoció
porque hizo domésticas tareas
con sentido histórico hartazgo y cierta dignidad
yo que moriré
espero limpia y perfumada y es probable con olor a decencia
no olvidaré el escenario inaugural
donde se encendieron y apagaron las luces
donde creció mi adolescencia y murió mi juventud
***
De Interior con poeta, Libros de Tierra Firme Editorial (1993):
Interior con poeta III
Desde mi ventana
silencio de verano silencio de invierno
veo servir la comida
encenderse las luces
lámparas del atardecer mesas del mediodía
¿acogerían ellos a una sin patria?
¿no estaría mi corazón para siempre en otra tierra?
soy ajena a las ceremonias de la costumbre
que suelen acogerme para señalarme extranjera
vidas de espaldas al mar que es el camino de mi vida
*
Extrañas parejas
siempre volví en olor de bienvenida
flores animalitos de mis colores
corazones de papel que son los que me importan
y ahora entro en una casa donde
hay que dar la luz y el agua
y no buscar bebida en vaso limpio no la hay
sólo una voz por el teléfono
he aceptado entrar en una casa a oscuras
para que en mi vida no echara raíces el patetismo
***
De Partida de las grandes líneas, Libros de Tierra Firme Editorial (1997):
S. B. mi corazón joven
marco un número a ciegas
creyendo saber a quién llamo
en realidad cubro el hueco de los llamados suspendidos
todo es verdad
la necrológica la fecha
la amiga avisándolo
pero esta noche tu voz
prolijo corrector
vino a consolidar y concluir aquel gozo
de nuestra amistad
con una cita imprecisa
*
XVI
las sectas lo han utilizado
el trabajo en la calle la vida en la calle la seducción de la
noche el sueño imperial de volver al amanecer
la ambición oculta del strass los rasos los colores los brillos
siempre los brillos
no se puede vivir del acontecimiento
no se puede vivir de las pocas horas de la fiesta
pero cada noche descubro
que faltan mínimos detalles
para cumplir el viaje que planifico en las mañanas
***
De La ley tu ley, Adriana Hidalgo editora (2000):
Educada en el vicio de los hombres
voy a la cocina y me siguen
voy al baño y golpean la puerta
me despiertan en la noche para preguntarme si duermo
llaman por teléfono en todas mis ciudades
para avisarme cuidado con el vino y la vida literaria
no he perdido padre ni tíos ni ahijado ni amigos de juventud
por no perder no he perdido ni editor
ni ese hombre
que ya sombra aún cuida mi paso en las esquinas
no me han dejado caer de su mano de su vicio
de su peso de mi corazón
*
me pasé la vida entre caras de muchachos bellos y nobles
los peores apenas atontados
conozco la cara de los tristes del arte
de los voluntariosos de la acción cultural
menos la cara de la perversión
de la trampa de algunos que acompañan a mis amigas
las mujeres repiten o tienen
su famosa neurosis de destino
repito la manera de apoyar el vaso
de acomodar las hombreras
el color que a través de los años
termina por combinar con todo porque es siempre el mismo
mis amigas ejercen la lucidez cotidiana
cambian de marido
y mi ilusión sólo dura hasta que vuelvo a encontrar
la misma versión de su soledad
¿siempre siempre el error de las mujeres?
consuelo que nadie espera
peligro disfrazado de príncipe
Magdalena con su frasquito
turbamulta de colores venecianos
huyendo del dragón
¿siempre el mismo vestido el mismo color el mismo hombre?
Juana Bignozzi* nació en Buenos Aires el 21 de septiembre de 1937. Entre 1974 y 2004 residió en España. Integrante del grupo El pan duro, ha publicado: Los límites, 1960; Tierra de nadie, 1962; Mujer de cierto orden, 1967; Regreso a la patria, 1989; Interior con poeta, 1994; Partida de las grandes líneas, 1996, estos cuatro últimos incluidos con el inédito La ley tu ley en la obra reunida que se publicó con ese título (Adriana Hidalgo editora, 2000); Quién hubiera sido pintada, 2001; Antología personal, 2009 en la colección Bicentenario de la Biblioteca Nacional y Si alguien tiene que ser después (Adriana Hidalgo editora, 2010). Recibió el Segundo Premio Municipal de Poesía en el 2000, el Premio Konex, Diploma al mérito por el quinquenio 1999-2003 y la Rosa de cobre de la Biblioteca Nacional, 2013.
*Datos biográficos extraídos de la página Adriana Hidalgo Editora