V
LAURA WITTNER (BUENOS AIRES, 1967)
Como los días de invierno que parecen otoño. El inicio, o el amor: lenguaje que reconfigura el diccionario.
Laura escribe como quien nos sopla suave; nos acerca. Un arrullo de todo.
Lila Biscia
***
Epigrama
Dijiste algo y entendí mal.
Los dos reímos:
yo de lo que entendí
vos de que yo festejara
semejante cosa que habías dicho.
Como en la infancia,
fuimos felices por error.
(Últimas Mudanzas, Vox 2001)
*
Quedó gris
La estufa en piloto, un cable sacudido por el viento.
Dormís, voy por la página noventa.
Ropa nueva, futuro, iris blancos en agua,
y un cielo que no piensa despejarse.
Así empieza un otoño;
así me gustaría que empezara.
*
Olvido
La arritmia con que comenzó el goteo
en algún momento de la noche,
la demorada comprensión de lo que era ese sonido;
el hundimiento, entonces, en sueños más remotos:
todo deshecho por este sol de mediodía,
cuya oferta incluye cáscaras de fruta,
carbón de oruga y algunas otras sequedades.
Lluvias, Ed. Bajo la Luna, 2009
***
Te diré de qué estábamos hablando
me preguntaba
cómo podíamos mantener
una conversación tan tonta
toda la noche narrando
las proezas de la adolescencia
pero hoy al leer esta reseña
sobre una novela de Ridgway
de pronto lo comprendo
te diré
de qué estábamos hablando:
del amor en habitaciones
tomadas por asalto
del amor cálido y seguro
todavía lejos
de la primer descarga de tristeza.
El pasillo del tren, Buenos Aires, Trompa de Falopo, 1996
***
Cambios de luz
Las nubes deciden lo que nos hace esta penumbra, parece
que toda una familia de nubes migra
en una sola noche y por eso se apuran
una tras otra en esa línea de vapor mutante
que por fortuna atraviesa la luna
y es el apuro lo que las hace ir cayéndose, desprenderse
de cualquier forma en un instante, metiéndonos ideas
en la cabeza a vos y a mí que musitamos la palabra
de lo que vemos y en la segunda sílaba callamos
porque no es eso, está siendo otra cosa y así
no hay diccionario que resista.
La Tomadora de Café, Vox 2005
***
El color de la luz de sodio es amarillo:
creo que si apoyamos
una lámpara de sodio
en el centro de esta pieza oscura
acá en el piso, digo, y vos de un lado
y yo del otro, un día, en unos años
nos explicamos todo
despacio, con algunas palabras
que alcancen sin sobrar
el rato que haga falta
que entonces así, tal vez
el amarillo
como único núcleo
calmante pero sólido
nos deje poner orden
en todo este bigbang.
*
Por qué las mujeres nos quemamos con el horno
La marquita roja la tenemos todas.
Acá en la mano izquierda, con la que escribo
está también mi quemadura de horno.
Si la miro muy fijo, sobre el radio
se me despliega en tres:
se me tridimensiona la muñeca
y entrecerrando los ojos pueden verse
la muñeca de mi madre, la de mi abuela
y, en un tirón hacia delante, la de mi hija
picada de mosquitos, pulida y ya dispuesta
a la marca de la rejilla ardiente.
Inéditos
Laura Wittner nació en Buenos Aires, Argentina, en diciembre de 1967. Es Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires, coordina talleres de poesía y traducción y trabaja como traductora para diversas editoriales.
Publicó los libros de poesía El pasillo del tren (Buenos Aires, Trompa de Falopo, 1996), Los cosacos (Buenos Aires, Ediciones del Diego, 1998), Las últimas mudanzas (Bahía Blanca, Vox, 2001), La tomadora de café (Bahía Blanca, Vox, 2005), Lluvias (Buenos Aires, Bajo la luna, 2009) y Balbuceos en una misma dirección (Buenos Aires, Gog y Magog, 2011 y las antologías Noche con posibilidades (Montevideo, Civiles iletrados, 2011), Por qué insistimos con los viajes (Torrequemada, Ediciones Liliputienses, 2012) y Jueves, noche (Leiden, Bokeh, 2016). Próximamente, por Bajo la luna, saldrá La altura, un nuevo libro de poesía.
Es también autora de libros para chicos: Cahier du temps (París, Actes Sud, 2006); Cumpleañeros (Buenos Aires, Brujita de Papel, 2007); La noche en tren (Buenos Aires, Tres en Línea, 2008), Gato con guantes (Buenos Aires, Tres en Línea, 2009), Eso no se hace (Buenos Aires, Limonero, 2015), y Veo Veo – Conjeturas de un conejo (Buenos Aires, Tres en Línea 2015).