Una forma de sentirse no tan mal. La poesía de Carmen Hernández Zurbano

Carmen Hernández Zurbano.

 

 

Carmen Hernández Zurbano.

Carmen Hernández Zurbano.

 

 

Empiezan a llegar los poemas de Ariana Reines, de Elileen Myles nos hace falta sobre todo su novela (y que doblen Transparent, en donde aparece dos segundos); de Dorothea Lasky faltan libros pero ya hay uno muy bueno. No se me ocurre ninguna escritora que sea urgente traducir, sí algunas en castellano que es importante que se difundan más en España. Por ejemplo, Carmen Hernández Zurbano.

Ha sido Lasky la que ha hecho que me acuerde tan rápido de ella. Hace unos seis años leí poemas suyos que me recordarían luego a los de AWE y BLACK LIFE; u otros textos, de la New Sincerity o de la Alt-Lit o como se le quiera baldonar. Ella no los conocía, pero tal vez por eso ha logrado algo cercano con un pequeño desfase, ciertas diferencias (no diré locales) productivas. Carmen Hernández Zurbano ha sacado de otras lecturas un hilo de afectos parecido, y a la vez personal (¡claro!), que, sumado a una carrera académica bien heteróclita, y a mudanzas de país en país y experiencias duras (tiene una memoria de su vivencia de un ictus inédita), han dado lugar a una poesía muy libre, bastante extraña. Con su propio ritmo y en paisajes más cercanos a los nuestros.

 

 

 

UNA ORQUÍDEA EN UNA PECERA

 

recuerdo haber rezado para que mi abuelo no me diese

demasiado miedo

llevaba una orquídea amarilla en una especie de pecera pequeña

sobre granos gruesos de tierra color azul

nunca pensé recibir un regalo así

tan hortera

 

no paraba de decirme que quería ir a Codés

que le llevase sin que nadie supiera

estaba fatal y yo me temía

que se pusiera aún peor y a cada minuto

repetía olvidaba repetía

y no decía mucho más se levantaba

hasta el frigorífico y bebía

un trago de vino tinto a morro

 

estuvo sobre la mesilla de mi cuarto

toda aquella semana santa

sin marchitarse

*

 

En su primer libro, Géiser, se describe así: «tiendo los cacharros / cocino los cristales / friego la comida».

(Por 9 líneas de antes van 4 «me», y he quitado uno. Es mejor que sus poemas aparezcan sin mucho paratexto cauteloso, arrellanar la lectura biográfica. Dejar libre al sujeto -poético-.

Evitar las menciones de autoridad. Junto a ese ego que dónde ha nacido, y cómo sigue naciendo. En x, en el año 19xx de nuestro señor (ver la solapa).

Antes preguntaban: «¿de quién eres?», ¿en qué familia has nacido?)

 

 

 

GRAN CAFÉ

 

voy a esa cafetería porque me divierte lo confieso

camuflarme entre ellas y fantasear con que son abuelas mías

o tías abuelas mientras sorben el chocolate y comen churros

con despreocupado apetito y las mejillas tan encendidas

bajo sus perfectas permanentes me gustaría

jugar al tute participar de sus conversaciones

sobre amigos víctimas de la insuficiencia renal

de cómo caer en desgracia por culpa de una hija tan díscola

dormir la siesta en sus regazos de tela buena

bajo el brillo de pendientes que hace casi un siglo

cuelgan de sus lóbulos

 

pero me quedo aquí

leyendo el periódico mirando de reojo tratando de averiguar

quién me enseñaría encantada a hacer ganchillo quién

corte y confección quién a cocinar quién hizo contrabando

en la posguerra civil quién tuvo la suerte de casarse enamorada

quién celebró de corazón

el voto femenino.

 

 

*

 

 

¿Y a qué te dedicas? … ¿Cómo te ganas el sueldo?

 

 

 

PLANTA DE PEDIATRÍA

 

niñas de 4 años

se mueren de tumores 8×12 dependientes de riñón

el suelo recién pulido las arrastra

y la desgracia sobrevuela sus cabezas

esperando

 

el chaval de una sola pierna

no puede clavar navajas hasta el mango

robarnos el coche ni pegarse un tiro

 

nos lamentamos mientras juega

al Gran Theft Auto San Andreas

 

dólares extra conducción perfecta

superatractivo para las mujeres

 

 

 

UNIDAD DE NEONATOLOGÍA

 

hoy pesas un kilo

menos

haces que quiera darte mi sangre gota a gota

 

transparente

 

tendrás color preferido perro amigos novia

 

no entiendo dónde van esos tubos

que salen por tu boca esos tubos

que entran por tu ombligo

                                                                                    (De Géiser)

 

 

 

*

Y, ¿dónde vives?

 

 

 

en ibiza

las mujeres tienen el pelo largo las piernas

largas un bronceado

uniforme

 

son esa mujer

 

echas de menos la intensidad de la diferencia la ternura

de la parte de arriba del bikini

de llevarla puesta

 

sobre las tetas lechosas

 

———-

 

todas hemos venido a ibiza y sus playas

no son las mejores playas ni sus fiestas

las mejores fiestas

pero podemos pasarnos en shorts y sin sujetador

o gritar porquerías en italiano

 

hasta que se hunda

 

*

Una de las secciones de ese libro se llama «¿QUÉ HACE EL SONIDO DE LA NOCHE EN VERANO DENTRO DE CASA?».

 

 

*

 

 

Entonces, ha estudiado medicina, ¿no?

 

 

margaret mead trágica mochila al hombro

o sentada bajo un árbol tomando notas encontrando

sentido a su vida en samoa margaret mead preguntándose por qué

hombres y mujeres hablan diferente mientras hace

huevos fritos o quita el polvo a la parte de arriba de la cómoda ruth benedict escuchando

delicadamente casi

transparente

lo que tienen que contarle las geishas sobre la blancura de su piel

corriendo

para no perder el autobús eligiendo

una camisa del armario la cotidianidad

es donde quiero

hacer descubrimientos

 

—–

 

si salimos a bailar dentro

del húmedo buenos aires y me envuelven

las luces de las pistas circulares llenas de cuerpos

cerraré los ojos para dar gracias la oración

goteará desde mi boca por el borde

del vaso

sentada sobre sus rodillas mientras me mete mano

 

lo sublime se disfraza y va al baño

y luego vuelve

 

 

*

¿Son sus mejores poemas?

 

 

las mujeres corpúsculos polares

que nos ponemos pañuelos sobre el pelo

o hacia atrás

flores sobre nuestros pechos

rosas

sobre nuestros pechos rosas

 

como caballos sucios

con las crines pegadas alrededor del cuello

mirando abajo

 

aunque el viento sople

 

*

 

tiró a mi madre al suelo sacó el pito e intentó

mearnos a los dos

 

 

sobre su cabeza golpeada está creciendo

 

muérdago

 

                                                            (De La felicidad lingüística)

*

Durante una entrevista que le hicieron en una publicación regional, El Periódico Extremadura, dijo: «escribo para sentirme menos mierda».

En la presentación de su último poemario dijo que escribía para que le dieran ganas de escribir a personas que nunca han escrito, para que vieran qué fácil.

Las Ediciones Liliputienses están reeditándolo y se llama ¿eres okupa? Va dedicado a «todas las españolas, italianas, portuguesas, irlandesas, a todas las ‘cerdas gitanas’ que lo están pasando mal. En especial a Ada Colau, a mi madre y a la que le arreó un rodillazo en los huevos a Berlusconi».

Fue premio El Buscón (la librería con el mejor catálogo de Cáceres) «otorgado por Julieta Valero, Alberto Santamaría, Miriam Reyes, Urbano Pérez Sánchez y José María Cumbreño.»

Empieza con una cita de San Juan de la Cruz, «¡oh dichosa ventura¡». Espero que conserven la errata al reeditarlo.

(Ya sé, paratextos, autoridades, etc., pero es que me gusta mucho esa librería y no entiendo bien el libro, aunque -¿por eso?- he aprendido con él).

 

Este pasaje es fácil:

 

ahora ya sé que soy

lo más cerca que hemos estado o estaremos del amor

 

y que me he ido

 

 

 

 

 

 

 

 

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