Extravíos

MI MADRE Y EL FELINO

Recibí una carta  que viene desde el Sur.  Me senté y la leí. Después lloré porque la escribió mamá. Ella dice que me voy a adelantar a morir  si fumo demasiado  y  le creo. Cuando  se me olvida,  fumo. Y al día siguiente  me postro  en el lecho para pagar la  desobediencia.

Mi madre dice  que se pinta el pelo de negro desde mi partida y que encontró  la mejor manera de  vivir al sustituirme con  un gato gordo. Me pregunto  si es posible que un gato gordo me reemplace. Y si es así pido perdón porque ya encendí  un cigarro para elegir el día de mi muerte. 

 

PÁJAROS DOMÉSTICOS

Laura, mi tía, reniega todas las tardes  de su esposo. Me advierte que en unos días se irá  de su casa porque no le gusta vivir mal.  Yo le sonrío porque admiro que pueda escapar. Los peruanos  que sintieron  los escombros  en sus espaldas  querrían hacer lo mismo, pero saben perfectamente que cualquiera puede escapar, no de la tierra sino de un lugar de ella.  Irak  y el resto del mundo también querrían escapar. Después de la masacre llegan los gritos, los lamentos y al fin la resignación: somos de aquí y morimos aquí como pájaros.

 

EXTRAVÍOS

Leticia perdió las llaves de su casa. Al darse cuenta entristeció y  agarrándose de  la cabeza pensó que no servía para nada.  Yo creí que había sucedido algo peor y me puse a imaginar la muerte de su padre, la de su madre, la de alguien. Luego reí porque eran las llaves. ¿Pero quién no ha perdido algo? Mi país está gobernado por perdedores que aplastan las nalgas en una silla, cruzan los brazos y no paran de pensar y creen que eso basta. La derrota  les invade  los ojos y se defienden orinando en los pantalones e incluso lloran. Así nos hicieron perdedores: y como nada es gratis, lo pagamos con  Las Malvinas, con los treinta mil nombres que fueron sepultados en cajones vacíos. Entonces ¿quién no ha perdido? Yo perdí un poco de memoria,  tal vez por eso me resulta difícil contar las veces que he perdido. Acaba de pasar otro minuto y también lo perdí. 

 

Romina Cazón, escritora, artista audio-visual y promotora cultural. (Argentina, 1981). Reside en México desde hace lustros. Es autora de los libros: Con mis uñas de gata, (poesía, 2008), Patria Ajena, (poesía 2009),  Del fondo de ningún vientre, (poesía, 2012) y De sus piernas en  mi cuello, (cuentos 2013).

Publicó las obras visuales:   Artefatuo, (poesía visual, 2014) y  Material On /Off, (poesía visual, ebook, 2014) y Corderos (poesía visual, 2014)

Dirige la revista de arte y cultura, El humo (www.revistaelhumo.com) y ZONA NO VERBAL (www.zonanoverbal.com). Es responsable de Ediciones El humo.

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