Poesía joven hondureña 1970-1990 II

 

 

Venus Mejía.

Venus Mejía.

 

Venus Mejía, Tegucigalpa, 1979, Honduras. Poeta, editora, gestora cultural, cantautora y docente. Cofundadora de la Editorial Ixchel en 2012. Maestra de Educación Musical, Escuela Nacional de Música, 1997. Licenciada en Letras, UNAH, 2006. Ha participado en festivales de poesía en México, El Salvador y Guatemala; además de otros encuentros literarios y culturales a nivel nacional en las ciudades de Tegucigalpa, Olanchito, El Progreso, Comayagua, Gracias, Siguatepeque, San Nicolás y San Marcos de Ocotepeque. Fue productora y conductora del programa radial cultural-literario “Molinos de Viento”, Radio Nacional de Honduras. Ha impartido talleres literarios en Tegucigalpa en el proyecto “Barrio Lindo” y en San Nicolás, Santa Bárbara en el marco de la II feria del libro, 2014. Ha publicado Ad Líbitum, Editorial Ixchel, 2012 y ha aparecido en las antologías poéticas Lírica de Vida. Signum Editors, 2012. Soles de Media Noche: Antología del II encuentro de mujeres poetas en la cuenca del Papaloapan, México, 2014, Antología Voces de la ANDEH, 2014.

Tarde

 

«Soy hombre: duro poco

y es enorme la noche»

Octavio Paz

Vine tarde a mí misma.

 

Las estrellas

habían colisionado

desde el principio

del verbo.

 

Llevo a cuestas

demasiadas ventanas

sin lugar para ninguna puerta.

Mi angustia no es el abismo

– agujero negro,

vía láctea de mi pecho –

son los pináculos

atravesados en mis manos.

 

Algún día he de soltarme

de este cilicio,

esta cobardía

que me ata los tobillos.

Mientras tanto

veo las horas irrevocables

en el paso del gemido,

mi verdugo camuflado

en las caricias de la dicha,

el flagelo de tu boca

en el frenesí de la poesía.

 

 

Concierto en Sol Mayor para Poesía y Orquesta

 

 

¡Silencio!

Quiero hacerte el amor

en una clave de sol,

extraer de tu figura

un contrapunto de arpegios a granel.

Curvear tu talle

oprimir tus líneas

despertar juntos en una partitura.

 

Trasladarte de tonalidad con la caricia

de un violonchelo;

sin barras dobles,

penetrando en el centro

de tu eje astral,

ensortijando

la armadura de tu abdomen.

 

Estremecerte con la minúscula alteración

de un gemido SOStenido.

Agitarte hasta

rasgar las cuerdas del allegro de una guitarra,

vibrar entre trémulos y trinos

(temblorosos trinos tiritantes).

Lastimarte con un s–ta- ca–to

enloquecerte con un crescendo

colapsar en la cadencia de un beso…

 

¡Shhh!

Te cubriré con una melodía.

 

 

 

Heidy Alachán.

Heidy Alachán.

 

Heidy Alachán, San Pedro Sula, 1992. Ciencias Jurídicas y Sociales, en la Universidad  Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (UNAH-vs). Poeta.

 

Todo lo cubre tu cuerpo, todo.

 

En él la ausencia de bien y de mal, la carencia de miedo, el sin sentido del mañana. El vacío en el que me hundo hasta perderme. En él se esconden las palabras, el inútil intento de escribir lo sublime.

Repito tu nombre y lo escondo, no quiero que asome ahora. No quiero que nadie intente descifrar tus siete letras.
Quiero decir que esta mañana ha despertado tranquila la ciudad y a media página aparece tu cuerpo.Intento distraerme leyendo qué anuncian este día los diarios y una máquina de repeticiones se instala en mi memoria y aparece una vez más tu cuerpo. Tus manos. Tu boca diciendo la palabra justa que me alimenta.

Debe existir un nombre exacto para esta enfermedad, para esta sed permanente de tu existencia.

Quiero decir todo lo que ella en mi provoca y digo tu cuerpo, tu piel, tu cuerpo, tu piel, tu cuerpo.

Sólo digo tu cuerpo.

 

 

Digo vacío

 

Después de vos, el vacío, la búsqueda, la soledad del mediodía. El olor a espera inútil que envuelve mi habitación. Los suicidios recurrentes en los libros. Los versos gastados desfilando en la poesía que descansa en mi librero.

El intento desesperado de arrancar de mis entrañas lo que arde y no se escribe. La forma de plasmar mis soledades sin que asome tu nombre. Lo disfrazo y digo: vacío, soledad, mediodía, pero nunca tu nombre.

El ruido del mundo estallando en mis oídos. La necesidad urgente del hueco en una piedra donde guardar mi corazón.

 

Después de vos, los domingos, éste conjunto de letras inútiles.

 

 

Gabriela Chávez.

Gabriela Chávez.

 

 

Gabriela Chávez, Comayagua, 1993. Comayagua, Comayagua. Nació el 10 de Abril de 1993. Pertenece al Movimiento Literario Lienzo Breve de la ciudad de Comayagua, estudiante de Medicina de la UNAH, su poesía ha sido publicada en La muestra poética de Maladive Editores. Invitada al XII Simposio Dariano de la ciudad de León, Nicaragua. También pertenece al grupo musical Staccato de la ciudad de Tegucigalpa en el cual participa como vocalista y ejecuta la flauta traversa.

 

 

 

 

Silvio Rodríguez

A Fabio Castillo

Cómo gasto papel en recordarte, cómo me haces hablar en el silencio.  

 

La tarde se encoge, te pienso

llegan a mis manos

tus ojos sonrientes

y el registro en Fa de tu voz.

Se adhieren a mis dedos

tus risas estentóreas,

tu mano que se alza

al asomo de la poesía por tus labios,

La llorona que me cantabas al conducir

y el suspiro de mis oídos al escucharte.

Me habita tu historia de infancia

tras el piano, los boleros;

y la nostalgia de tu voz al relatarla…

Llegan a mi mente

los días sin vos

cuando la poesía se ocultaba

-y moría-

Todo me invade:

un Tíbet, una vida canina,

tus Apuntes sobre el Oriente,

el jazz, el metal,

Silvio y su Óleo de mujer con sombrero,

la caja roja con tabaco francés,

y tu voz entrecortada

leyendo mi erotismo…

Todo me invade

en la nimiedad de este día,

me invadís vos

te adueñás de mis manos

y te convertís en el poema

que ultrajó mi silencio.

 

 

Hoy decido extrañarte

 

no quiero hacer lo versátil

ni huir de la nostalgia

me quedaré en la sombra

en Chopin y su tristesse

en la pluma que delinea tu efigie

con versos cantábiles

y tinta llorosa.

Buscaré pentagramas

para plasmar el “dumtaf” de tu palpitar

en clave de Fa

y la melodía de nuestras anastomosis

en clave de Sol,

serás la sinfonía en La menor

para mis noches;

estarás allí

te ejecutaré hasta saciarme.

Hoy decido extrañarte

sientiendo a mis entrañas

gritar tu nombre

y arañar las paredes de mi vientre,

reclaman de tu riego,

se secan;

se marchitan las flores de tu entrada

ansían la humedad de tu presencia

Hoy, decido extrañarte

habitar la ausencia

que exige

tu llegada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *