Una casa propia

 

 

La escritora Virginia Woolf trabajaba en una pequeña cabaña de madera pintada de blanco a la sombra de los árboles de su jardín en Monk’s House, en Sussex Oriental. Woolf nos enseñó a buscar el cuarto propio, la habitación donde ser nosotras mismas. También nos habló de lo importante que era tener nuestro propio dinero para no depender de nadie. Desde que nació mi hijo ha sido imposible reivindicar el cuarto propio.

 

La crianza, la entrega, aquello que escribió Tillie Olsen en Silences de que el mismo hecho de que las necesidades de los hijos sean reales, de que una las sienta como propias, de que no haya nadie más que pueda responsabilizarse como nosotras lo hacemos, les da prioridad. Una se olvida de comer, se olvida de dormir, de mirarse al espejo. De nuevo, la entrega hace que una se olvide de quién es y de lo que necesita. Entonces, un día una se da cuenta de que quizá  lo que necesite no sea un cuarto propio, sino una casa propia.

 

Muchas veces en este último año me he acordado de La tribu, de lo acompañada que me hacía sentir. Me hacía sentir como si no estuviera sola en el mundo. Ahora que soy madre, sé que nunca más estaré sola, hasta echo de menos esa soledad de antes de la que tantas veces me quejé, pero pensé que si tuviera una casa propia, si La tribu en lugar de un cuarto compartido fuera una casa propia llena de habitaciones y espacios donde poder compartir la crianza, los cuidados, la escritura y la conversación, algunas otras mujeres que están al otro lado de la pantalla, sobre todo en estos tiempos pandémicos, se sentirían también más acompañadas. Por eso, aquí está La tribu de nuevo. 

 

La tribu. Una casa propia nace con la vocación de ser un espacio de diálogo, lectura y aprendizaje. La ilustradora Malota ha dado vida con sus ilustraciones a la cabañita en la que escribía Virginia Wolf. Y yo, de momento, estoy arreglando un poquito la casa, pintando las paredes y buscando muebles viejos para darle una segunda vida. Sois todas bienvenidas. 

 

Carmen G. de la Cueva, noviembre de 2020