Aquí un poema que nunca ganará un premio

La pequeña Zenobia con su madre y sus hermanos.

La pequeña Zenobia con su madre y sus hermanos.

EL MES DE MARZO DE 1916 DOS POETAS SE CASARON EN LA IGLESIA DEL MÁRTIR SAN ESTEBAN EN LA CIUDAD DE NUEVA YORK. EN EUROPA SE LIBRABA LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL. DICEN QUE AQUEL  INVIERNO FUE UNO DE LOS MÁS FRÍOS QUE SE RECUERDAN.

 

 

Pájaros perdidos de verano vienen a mi ventana

Madre, ¿los ves?

ahí están los pájaros en mi ventana cantando a mi perdida juventud.

 

Nací el 31 de agosto de 1887 cerca del mar. De esa infancia solo queda hoy un recuerdo:

los pájaros amarillos golpeando la luz

la luz de un verano en el mar.

 

Madre, ¿no los ves?

son lo único que me salva estos días mientras mi encierro comienza

mira a las muchachas caminando por las aceras

¿y los niños?

¿y nosotras?

 

Frente a mí hay un espejo que ni siquiera miro.

¿Por qué se fijó en mí, madre?

 

Me gustan los árboles porque crecen sujetos a la tierra pero despliegan sus raíces por el mundo

son como los pájaros de mi ventana,

están ahí porque quieren arrancarme este dolor.

 

Hoy me desperté llorando, madre

¿no es el horizonte lo que tiembla?

Golpes, madre

es el futuro que no veré quien golpea en mi ventana.

 

¿Puedo hablar de amor? Cuando escribí mi primer poema acababa de nacer

tenía ocho años siete años seis

estaba al borde de la cama con las hojas grises sobre mis rodillas

¿adónde van los sueños, madre?

 

Una vez escribí que tenía miedo de la muerte miedo al fin que te sobreviene como una gran ola que lo cubre todo

por eso este silencio, madre

y mi propia vida atravesada por la suya.

 

Solas, estamos solas

hasta que nuestro vientre sangre.

 

Zenobia C.

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *