Un poema de Roberto Bolaño
ese halo de luz naranja pudo haber sido una gran poeta
esa muchacha que estudia el último semestre de Biología y cena
en el Maxim’s del subdesarrollo y fornica a la medianoche
en un edificio de cristal y vomita en la madrugada con sudores
pudo haber sido una gran poeta
pudo haber sido una amazona y pudo galopar en cierta manera
libre hasta que la hubieran derribado de un balazo entre los senos
—esa mujer que vive con su esposo un paisaje de barrios cercándolos
agradable monotonía de los desayunos americanos
envejeciendo irremediable entre la dureza del lirismo nazi
y sagas que cantan nuevas juventudes —chicos picados de viruela
o atomic morphine
esa mujer que llora en el laboratorio mientras las calles
arden y yo caigo, pudo haber sido una poeta
estamos muertos, nosotros somos los muertos
se oirá en esos días
su cuerpo blanco se mecerá se mecerá
mientras un falo va abriendo su vagina se mecerá se mecerá
sus ojos serán un desierto
—dios mío, sálvate
esa mujer de 30 años nunca tendrá un hijo, esa mujer
de 35 años irá al supermarket con un vestido de flores azules
—¿pero venderán mis poemas en la sección libros
y mi carne destazada en conservas, en verduras,
en ropas-para-el-invierno?
Esa mujer de 40 años blasfemando y riendo incrédula
mira, se acabó la menstruación, se acabó
oh multitudes de los grandes funerales niños de los grandes
acontecimientos deportivos muchachos de las futuras
concentraciones en campos rock
una nube roja se fragmenta por ustedes
esa mujer detenida en una silla
sin duda recuerda por última vez a su primer compañero
—los adolescentes de diamante
y aunque su psicoanalista, su esposo, la esposa de su psicoanalista
y su madre conversen sobre la pacificación de los días
la desaparición de la peste
ella siente
que los motines volverán que la han vencido
esa vieja ocupada en su manicomio
sintiendo próxima su muerte y que en realidad
quisiera volver atrás, a una verdadera cama
ese halo de luz naranja que se apaga
sin alegría ni sufrimiento
pudo haber sido una gran poeta
la más amorosa
amada
mía
Dicen que el poema “Generación de los párpados eléctricos” lo escribió Roberto Bolaño despechado por el desamor de Lisa Johnson, retratada en el personaje de Laura Jáuregui en Los detectives salvajes que frecuentó el grupo de los infras y fue pareja de Bolaño. Dicen también que en mayo de 2003, Bolaño llamó a Lisa por teléfono, pero ella, una bióloga respetada, prefirió no recibir llamadas del pasado.
Publicado por primera vez en Muchachos desnudos bajo el arcoíris de fuego. 11 jóvenes poetas latinoamericanos, México: Editorial Extemporáneos, 1979 y recuperado en la antología Poesia chilena de hoy. De Parra a nuestros días, Metales pesados, 1989.