Diario a lomos de una cierva III

Sin título1

Que me guste la soledad y disfrutar de ella, no implica que quiera vivir aislada. Los muros, las puertas, no son nada, lo peligroso no se esconde tanto en los espacios como en las cabezas.

Me despierto hablando muy lento, me siento en la mesa de la cocina, mi madre lleva unas horas levantada y espera, como siempre, paciente a que abra mi puerta y le dé los buenos días. -He venido unos días a verla.- Compartimos un café, algo de desayunar y hablamos. Yo le cuento, reflexionamos… ¿Es posible crear una unión total de todas las mujeres?

La alianza es elemento fundamental para el progreso. No hablo de una alianza entre partidos, una alianza entre líderes mundiales, entre grandes organismos. Hablo de una alianza entre mujeres, unidas independientemente de sus ingresos, de su sexualidad, de su procedencia, una unión más allá de los límites y los sectores que el patriarcado ha inventado para mantenernos alejadas en las clases que le ha convenido al hombre crear.

Si queremos crear un nuevo mundo, una nueva sociedad fuera de la desigualdad de género, tenemos que desechar todos los valores y nombres que se nos han enseñado por medio de sus mecanismos de educación machista. Rechazar todo lo que no nos pertenece, categorías a las que no correspondemos porque no nos identifican, no nos representan, tan sólo nos toman como elementos accesorios dedicados a mantener los privilegios masculinos dentro del sistema.

Esta alianza ha de nacer a través de la condición básica que nos une y nos oprime. Todas, mujeres, hemos de desprendernos de los pesos integrados en nuestros cuerpos, en nuestras mentes, en nuestras ideas, en nuestras palabras. No existe lugar para representaciones del sistema arcaico y violento que nos ha mantenido ahogadas durante tanto tiempo. Pues, incluso cuando creemos que nuestros gritos son escuchados por la multitud, lo que perciben es sólo un eco detrás del que se encuentran millones de nosotras.

No permanezcamos alejadas nunca más, no permitamos que nos sigan separando durante más siglos. Reunamonos, alcemos las voces, aullemos, saltemos y asaltemos, porque no podemos acostumbrarnos a vivir así por otros tantos siglos. La bandera, la causa somos nosotras, el feminismo es la unión y la idea que nos incluya a todas sin excepción.

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